La investigación judicial por el ingreso irregular de diez valijas desde Miami en un vuelo privado vinculado al empresario Leonardo Scatturice —figura cercana al entorno presidencial— expone un entramado de privilegios y opacidad institucional. Según reveló el canal TN mediante imágenes exclusivas, el jet de la empresa Royal Class, propiedad de Scatturice, aterrizó en Aeroparque el 26 de febrero con Laura Belén Arrieta —gerente de operaciones de su corporación OCP Tech y organizadora local de la CPAC, la cumbre conservadora estadounidense—, cuyas maletas evitaron los controles aduaneros por una “decisión expresa” de funcionarios . El dictamen fiscal de 60 páginas detalla que, mientras otros pasajeros fueron revisados, Arrieta y dos tripulantes fueron “reconducidos sin atravesar escáneres”, y solo cinco de las diez valijas declaradas . La escena, capturada en video, muestra además a Arrieta entregando un teléfono a una agente de Aduana, quien respondió con un gesto de “ok” , reforzando las sospechas de complicidad interna.
Este episodio se enmarca en una trama de influencias que conecta a Scatturice con el núcleo duro del poder. Como nexo entre Javier Milei, la CPAC de Donald Trump y el asesor presidencial Santiago Caputo, Scatturice controla empresas como Flybondi —recién adquirida— y opera redes que incluyen exagentes de inteligencia y paraísos fiscales . Su avión, según la investigación, falseó rutas: declaró venir de Fort Lauderdale cuando partió de Opa-locka (Florida), y voló a París tras su escala en Buenos Aires, pese a registrarse como destino Estados Unidos . La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) ni siquiera tenía registrada la aeronave, un detalle que evidencia fallas sistémicas en la supervisión.
La respuesta oficial agravó la controversia. El vocero presidencial Manuel Adorni afirmó inicialmente que “esta persona se sometió a todos los controles […] cumpliendo con la normativa” , versión desmentida por las pruebas judiciales. La Procuraduría de Investigaciones Administrativas, tras recabar testimonios y filmaciones, identificó al menos diez irregularidades, entre ellas “huecos temporales” en las grabaciones del hangar donde estuvo el avión y la falta de “aval oficial” para su sellado . Estos hallazgos motivaron que la oposición, como el diputado Maxi Ferraro, exigiera una comisión investigadora , mientras operadores libertarios atribuyen las filtraciones a “internas” por el ascenso de Scatturice.
🚨 OTRO ESCÁNDALO DE CORRUPCIÓN DEL GOBIERNO
— mauro (@MauroFdz) July 7, 2025
Se conocieron las imágenes donde se comprueba que Milei ordenó hacer pasar varias valijas sin controlar por la aduana.
Esto pasó en Marzo semanas después de la cripto estafa de $LIBRA y la valijera llegó en un vuelo privado de Miami. https://t.co/rxy43Rrqm5 pic.twitter.com/2A0HCfOAO0
El caso refleja un patrón histórico de impunidad en el transporte de equipajes no declarados —desde las valijas de Amira Yoma en los 90 hasta el escándalo de Guido Antonini Wilson en 2007—, pero con un agravante contemporáneo: la sombra de lobbies ultraderechistas. Arrieta no era una pasajera ocasional; como enlace de la CPAC en Argentina, coordinó la cumbre donde Milei fue estrella en 2024 y gestiona donaciones para proyectos como la “Biblioteca Donald Trump” . Esta conexión política profundiza las sospechas sobre un contrabando con protección gubernamental, donde la justicia deberá determinar si lo ingresado fueron mercancías ilícitas o recursos para financiar actividades partidarias.
Mientras los fiscales amplían la pesquisa para identificar a los funcionarios cómplices, el gobierno insiste en minimizar los hechos. Sin embargo, cada nueva prueba judicial erosiona su discurso anticorrupción y expone cómo las redes de poder privilegian intereses corporativos sobre el control democrático.