05 Feb 2025

Oscurantismo New Age en un mismo lodo

El Gobierno impulsa el desmantelamiento de todo lo que genera orgullo en Argentina. Primero fueron por las políticas de Derechos Humanos. Ahora van por la Ciencia en Argentina.
Oscurantismo New Age en un mismo lodo

Dijo Capusotto sobre el gobierno de Macri: “Se creen los dueños de un país que detestan”. La vigencia de esa sentencia aplicada al gobierno actual es alarmante. Sobre todo para pensar en cuántos gobiernos así puede aguantar Argentina sin caer para siempre en el país primarizado, sin potencia propia, colonia, depenientes de las potencias que nuestra derecha tanto ama.

En un contexto donde la incertidumbre parece ser la única certeza, las políticas del presidente Javier Milei hacia el sistema científico argentino han encendido todas las alarmas. Fernando Peirano, economista y ex presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, plantea una pregunta crucial:

“¿Cuál es el límite?”.

Oscurantismo New Age en un mismo lodo

Esta interrogante surge frente a una serie de medidas que, según expertos y científicos, podrían desmantelar décadas de desarrollo científico y tecnológico en el país.

El Conicet, uno de los organismos más importantes de investigación en América Latina, está en la mira del gobierno. Según una información revelada por La Política Online” (LPO), se prepara un decreto que reduciría su presupuesto, limitaría el ingreso de nuevos investigadores y modificaría su esquema de financiamiento. Estas medidas no solo afectarían a los científicos consolidados, sino también a las nuevas generaciones que ven en la investigación una carrera viable en Argentina.

La posible derogación del estatuto de carrera por decreto es particularmente preocupante. Esto permitiría al gobierno modificar los regímenes de compatibilidades, obligando a los investigadores a buscar trabajos complementarios para sostener sus ingresos. Este escenario, según advierten los expertos, desincentivaría la dedicación exclusiva a la investigación, afectando la calidad y continuidad de los proyectos científicos.

Además, como revela LPO, se especula con la fusión de organismos como el INTA, el INTI y la CONAE, y la transferencia de funciones a las provincias. Esta descentralización podría fragmentar la capacidad de respuesta del sistema científico, perdiendo el abordaje integral de problemas nacionales y estratégicos. La posible exclusión de las ciencias sociales y humanas del Conicet, trasladándolas a las universidades, también ha generado preocupación. Estas disciplinas representan el 25% del organismo y son esenciales para un enfoque holístico de los desafíos nacionales.

El gobierno justifica estas medidas en nombre de la reducción del gasto público y la búsqueda del déficit cero. Sin embargo, la comunidad científica advierte que el costo de estas políticas podría ser irreversible.

“La ciencia no es un gasto, es una inversión en el futuro del país”, subrayan los especialistas.

Desmantelar el sistema científico no solo afectaría a los investigadores, sino también a la sociedad en su conjunto, que se beneficia de los avances en salud, tecnología, agricultura y otras áreas.

En un momento donde la innovación y el conocimiento son claves para el desarrollo, Argentina se enfrenta a una encrucijada. Las decisiones que se tomen hoy tendrán un impacto profundo en el futuro del país. La pregunta que queda en el aire es: ¿Estamos dispuestos a pagar el precio de un progreso que podría costarnos el conocimiento y la innovación?Esta reforma, o más bien desmantelamiento, es una revolución que nadie votó y que se impone sin considerar los resguardos institucionales ni las leyes vigentes.

La actitud anticiencia del gobierno de Milei no es un fenómeno aislado, sino que se enmarca en un contexto más amplio de desprecio por las instituciones científicas y de salud. Un ejemplo claro de esto es la reciente decisión del gobierno de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta medida, que sigue los pasos de Donald Trump, no solo aísla al país de la cooperación internacional en materia de salud, sino que también tiene implicancias financieras y técnicas graves. Según Leandro Cahn, director ejecutivo de Fundación Huésped, Argentina perdería acceso a fondos estratégicos que permiten la adquisición de vacunas y tratamientos a precios bajos, lo que tendría un impacto directo en la salud pública.

Esta actitud anticiencia es posible, en gran parte, debido a la complicidad de diputados y senadores que le otorgaron facultades extraordinarias al presidente, dejando a merced de una administración con claros tintes anticientíficos el futuro del país. Al permitir que se avance con decretos y reformas sin el debido debate parlamentario, el Congreso ha facilitado un desmantelamiento sistemático de instituciones claves. Esta falta de control y balance de poderes no solo debilita la democracia, sino que también pone en riesgo el futuro de la ciencia, la salud y el desarrollo nacional.

En un momento donde la coordinación internacional y la inversión en ciencia son más necesarias que nunca, Argentina parece estar retrocediendo décadas. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Hasta cuándo permitiremos que se sacrifique el futuro del país en nombre de una ideología que desprecia el conocimiento y la evidencia?

Oscurantismo New Age en un mismo lodo
Federico Sturzenegger intentó entrar al Conicet saltando etapas y no lo admitieron. Aquí posa con el actual titular del organismo, Daniel Salamone.