El gobierno nacional suspendió la licitación para la electrificación del ferrocarril San Martín, una obra clave para modernizar el transporte de pasajeros y carga en una de las líneas más importantes del país. Según confirmaron fuentes de la Secretaría de Transporte a la agencia Noticias Argentinas, el proyecto perdió validez luego de que se redirigieran los fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que lo financiaban.
“El crédito con el BID fue reasignado para otros fines, y al no contar con el financiamiento necesario, la licitación en esas condiciones ya no era válida”, explicaron las fuentes oficiales. La decisión se enmarca en una política más amplia de reorientación de fondos internacionales destinados originalmente a infraestructura y desarrollo.
Cancelación masiva de proyectos
En paralelo, el Ejecutivo solicitó al Banco Mundial la cancelación de nueve programas por un total de 1.700 millones de dólares, entre los que se encontraba la electrificación del Belgrano Sur, línea vital para el transporte en el conurbano bonaerense. Estos recursos serán redirigidos hacia planes sociales, empleo y educación, según confirmó el organismo internacional.
Entre las iniciativas afectadas también figuran proyectos de energías limpias —que buscaban beneficiar a 1,25 millones de personas para 2029—, financiamiento para pymes, agua y saneamiento en zonas vulnerables, y programas contra la brecha digital y el cambio climático. Todos habían sido acordados durante la gestión de Alberto Fernández, pero la administración actual argumenta que los fondos deben priorizar la asistencia social en un contexto de crisis económica.
Polémica por desvío de fondos del Tren Roca
Mientras tanto, crece la controversia por denuncias de que parte de los créditos destinados a la modernización del Tren Roca —que transporta diariamente a 500.000 pasajeros en el sur del GBA— habrían sido utilizados para contener la presión sobre el dólar. Sindicalistas y legisladores opositores acusan al gobierno de privilegiar la estabilidad financiera sobre las necesidades de transporte en Quilmes, Berazategui, Florencio Varela y Avellaneda, donde el servicio sigue operando con formaciones obsoletas y frecuentes demoras.
“Es indignante. En vez de invertir en transporte para los que menos tienen, el gobierno prefiere salvar a los que fugan dólares”, criticó Juan González, delegado de La Fraternidad. Desde el Ministerio de Economía no hubo explicaciones oficiales, aunque en círculos internos se justifica la medida como necesaria para evitar una devaluación brusca.
La oposición anunció que presentará pedidos de informes para esclarecer el destino de los fondos. “Si se confirma este desvío, sería otro golpe a los sectores populares en favor de la especulación financiera”, señalaron desde los bloques opositores.
Balance contradictorio
Las decisiones reflejan una clara priorización del ajuste fiscal y la estabilidad macroeconómica sobre las inversiones en infraestructura crítica. Mientras el gobierno insiste en que los recursos deben destinarse a paliar la emergencia social, los usuarios del transporte público y los intendentes afectados cuestionan el abandono de obras que mejorarían la calidad de vida de millones de argentinos.
El dilema sigue abierto: ¿es más urgente contener el dólar o modernizar un sistema ferroviario que lleva décadas de deterioro? Por ahora, la balanza parece inclinarse hacia la primera opción, dejando en suspenso proyectos que prometían mayor eficiencia e inclusión en el transporte masivo.