La interna peronista en la provincia de Buenos Aires vuelve a quedar en evidencia con un nuevo enfrentamiento entre dos figuras del Conurbano Sur: Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y referente de La Cámpora, y Jorge Ferraresi, jefe comunal de Avellaneda y aliado del gobernador Axel Kicillof. Este cruce, más que una disputa local, refleja las profundas tensiones que atraviesan al peronismo en su intento de sostener la unidad frente a los desafíos electorales y de gestión.
El conflicto se encendió tras una visita de Ferraresi a los barrios quilmeños de La Matera y Villa Luján, donde dialogó con vecinos y destacó programas provinciales como Envión, promoviendo la figura de Kicillof como pieza clave del desarrollo bonaerense. En lo que pareció ser un gesto de posicionamiento político, Ferraresi se mostró activo en territorio ajeno, algo que provocó una rápida reacción de Mendoza.
La intendenta de Quilmes no tardó en responder con críticas irónicas, acusando a Ferraresi de actuar como un “notero” que, en lugar de colaborar, replicaba el discurso crítico de los medios opositores. Mendoza también enumeró las obras realizadas en los barrios visitados durante su gestión y recordó las supuestas dificultades que, según ella, Ferraresi le habría impuesto durante su paso como ministro de Hábitat. En ese sentido, llama la atención que la propia intendenta quilmeña autodesmiente sus dichos con solo hacer una simple revisión a los agradecimientos que publicaba en sus redes personales, valorando muy positivamente la gestión como intendente y el tramo ministerial de Ferraresi entre 2020 y 2022.
Hola @Kicillofok.
— Mayra Mendoza ☀️ (@mayrasmendoza) November 19, 2024
Te cuento que este fin de semana tuvimos en Quilmes la visita de nuestro vecino intendente @jorgeferraresi, esta vez, estuvo en La Matera y Villa Luján, al estilo notero de @lanacionmas.
Sabemos que en muchos barrios de PBA todavía faltan obras, pero quiero… https://t.co/uSuRUuXohC
Conflictos que se repiten
El enfrentamiento entre Mendoza y Ferraresi no es un episodio aislado, sino parte de una tendencia en la que las disputas internas del peronismo bonaerense salen a la luz pública. En 2021, el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, fue tildado de “tibio” por sectores cercanos a Máximo Kirchner tras expresar críticas a la falta de diálogo interno. Gray respondió con firmeza, rechazando las imposiciones.
En 2022, Mariel Fernández, intendenta de Moreno, enfrentó cuestionamientos de La Cámpora por su supuesto alejamiento de las políticas nacionales. Fernández denunció presiones internas y aseguró que no cedería a “operaciones ni aprietes”.
Incluso el propio Ferraresi, en su rol como ministro de Hábitat, fue objeto de críticas desde sectores camporistas, que lo acusaron de desatender las necesidades locales en Avellaneda.
Liderazgos en pugna
El actual cruce entre Mendoza y Ferraresi refleja una lucha por el liderazgo en el conurbano bonaerense, donde las alianzas políticas resultan cruciales para sostener la gestión. Mientras Ferraresi refuerza su vínculo con Kicillof, Mendoza mantiene su alineación con la figura de Cristina Fernández de Kirchner, en un contexto marcado por las tensiones entre Máximo Kirchner y el gobernador.
Este tipo de disputas internas, se dan en un momento crítico para los municipios del conurbano, enfrentados a demandas crecientes de infraestructura y desarrollo. Las divisiones y expresiones como las de Mendoza, lejos de fortalecer al espacio, parecen debilitar su capacidad de gestión, generando rechazo entre los vecinos o militantes y profundizando las grietas políticas.
El desafío para el peronismo bonaerense es claro: resolver estas diferencias internas o enfrentar un escenario de mayor fragmentación que complique aún más su gobernabilidad.