12 Abr 2025

Más deuda. Más fuga. Más ajuste.

En línea con su devoción entreguista, Milei anunció el nuevo préstamo con el FMI, el fin del cepo, y una nueva devaluación que golpeará aún más el poder adquisitivo de los argentinos. Libera la salida de dólares y los sectores concentrados podrán girar ganancias a un dólar más conveniente. La deuda queda y el pueblo vuelve a financiar la fiesta de los multimillonarios.
Más deuda. Más fuga. Más ajuste.

En un acto de sumisión a los mercados y al Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó este viernes la eliminación del cepo cambiario y una nueva devaluación del peso, que llevará el dólar oficial de $1.097 a $1.400, un salto del 27,6% que impactará directamente en los precios y los salarios. La medida, presentada como “liberadora” por el Gobierno de Javier Milei, no es más que un nuevo ajuste encubierto para la mayoría de los argentinos, mientras se allana el camino para la fuga de capitales y el endeudamiento récord con organismos internacionales.

Más deuda, menos soberanía

El anuncio se enmarca en un nuevo acuerdo con el FMI por USD 20.000 millones, de los cuales USD 15.000 millones llegarán en 2025. Sin embargo, lejos de ser una solución, este préstamo solo profundiza la dependencia financiera del país y aumenta la carga de deuda que ya asfixia a las arcas públicas. A esto se suman USD 6.100 millones adicionales de otros organismos y un crédito “repo” con la banca privada, consolidando un esquema de financiamiento especulativo que hipoteca el futuro de Argentina.

Reservas para unos pocos

Mientras el Gobierno celebra el ingreso de divisas, la realidad es que los USD 15.000 millones que llegarán este año serán quemados en un intento desesperado de sostener el tipo de cambio en $1.400, una meta insostenible que ya muestra grietas. De hecho, en el mismo día en que se anunció la devaluación, el Banco Central vendió USD 400 millones a $1.097 a “privilegiados”, confirmando que, una vez más, el costo lo pagan los trabajadores y los sectores populares, mientras los grandes actores económicos se benefician.

Libertad para fugarse

La eliminación del cepo y del dólar blend no solo desregula el mercado cambiario, sino que habilita la salida de capitales en un contexto de extrema fragilidad. Lejos de “ordenar la economía”, como pregona el discurso oficial, la medida facilita la fuga de dólares en un país que sigue sin generar confianza para la inversión productiva. Mientras tanto, las importadoras y grandes empresas tendrán facilidades para acceder a divisas, mientras las pymes y los trabajadores enfrentarán una inflación aún más galopante.

El ajuste sigue siendo para abajo

Con este anuncio, el Gobierno de Milei ratifica su apuesta por un modelo de dependencia financiera, ajuste salarial y concentración de riqueza. La eliminación del cepo no es una “liberación” para el pueblo, sino una licencia para que los sectores más poderosos operen sin restricciones, mientras la deuda externa se dispara y los salarios caen en picada. Una vez más, la receta es clara: los costos los pagan los de abajo, y las ganancias, los de siempre.

Más deuda. Más fuga. Más ajuste.

La cadena de Milei: “Vamos por más ajuste”

El Presidente celebró en cadena nacional el desembolso del FMI y el levantamiento de las restricciones cambiarias, afirmando que su gobierno avanza según lo planeado. Acompañado por su Gabinete, Milei aseguró que con esta medida se rompe “el último eslabón” de una economía que, según él, estuvo “estancada por 15 años”, ignorando el impacto inflacionario y social que genera la liberalización del dólar.

Pese a que la inflación de marzo (3,7%) marcó un nuevo repunte, el mandatario insistió en que su programa económico “va por el camino correcto”. Sin embargo, su discurso triunfalista contrasta con la realidad de un ajuste que sigue golpeando a los sectores populares, mientras el gobierno prioriza el pago a acreedores internacionales y la desregulación financiera.