La frágil unidad del peronismo bonaerense enfrenta su prueba decisiva a contrarreloj, con Máximo Kirchner como eje de tensiones y acuerdos parciales. Tras un extenso cónclave el domingo pasado en La Plata, el gobernador Axel Kicillof, el titular del PJ provincial y Sergio Massa lograron esbozar una hoja de ruta para las elecciones del 7 de septiembre y 26 de octubre. La reunión congregó a una decena de intendentes y operadores clave, pero dejó al descubierto ciertas fracturas indisimulables. Según fuentes presentes, “se avanzó bastante en muchos temas”, aunque sin resolver el vacío que dejó la inhabilitación de Cristina Kirchner en la Tercera Sección Electoral, distrito donde Máximo manifestó sentir “incomodidad” ante la posibilidad de reemplazar a su madre .
Fernando Espinoza, intendente de La Matanza y figura central del Movimiento Derecho al Futuro de Kicillof, emergió como un opositor silencioso a esa candidatura. Su malestar se agudizó cuando Máximo visitó Avellaneda junto a Emmanuel Santalla, rival del intendente Jorge Ferraresi, para pintar consignas de “#CristinaLibre” en el barrio Villa Tranquila. Este gesto refleja la pulseada interna: La Cámpora busca centrar la campaña en la “injusticia” contra la expresidenta, mientras los intendentes del conurbano temen que ese enfoque aliené al electorado no kirchnerista. “En el interior de la provincia están convencidos de que esa estrategia supone una derrota asegurada”, confirmó un asistente a la reunión .
A pesar de los roces, el encuentro permitió delinear vasos comunicantes. Los tres líderes acordaron que Kicillof coordinará la estrategia general de campaña —una victoria simbólica para el gobernador— y definieron tres consensos programáticos: denunciar el “encarcelamiento y proscripción” de CFK, oponerse al gobierno de Javier Milei y defender la gestión provincial. Además, se pactó que cada sector designará sus candidatos sin injerencias externas, incluyendo a Juan Grabois y Guillermo Moreno en el reparto de las más de mil bancas en juego. “La idea es que cada sector defina internamente quiénes van a ir en las listas. Los demás van a tener que respetar lo que cada sector defina”, explicó una fuente a Infobae .
Las horas posteriores confirmaron la urgencia del calendario. Este martes, en la Quinta de San Vicente y en el 51° aniversario de la muerte de Perón, Máximo Kirchner convocó al Consejo del PJ bonaerense para autorizar la formación de alianzas electorales. El organismo fijó un nuevo hito: un Congreso partidario el sábado en Merlo, donde se ratificará la unidad con otros sectores. La ausencia de Kicillof en San Vicente, sin embargo, subrayó las desconfianzas residuales. Massa prepara su propio congreso en el Frente Renovador para el domingo .
Quedan nudos críticos por desatar. El primero es la marca electoral. El segundo es el fantasma de las “listas colectoras”, aún no reguladas, que podrían permitir a intendentes rebeldes como Fernando Gray (Esteban Echeverría) o Julio Zamora (Tigre) presentar boletas alternativas.
Mientras Milei intenta polarizar con Kicillof para capitalizar el desgaste peronista, la provincia navega aguas turbulentas. El presidente apuesta a que la eventual candidatura de Máximo en el sur del conurbano le permitirá replicar su discurso anti-kirchnerista, pero subestima el instinto de supervivencia que une a facciones rivales ante el riesgo de una derrota catastrófica. Como advirtió el intendente rosarino Juan Monteverde tras su reciente triunfo: “Para ganarle a Milei no hay que convertirse en Milei” .