El Programa Intensivo de Desodorización de Contenedores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) ha generado diversas opiniones. Aunque la iniciativa busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos al reducir los malos olores durante el verano, algunos críticos argumentan que el enfoque es más un “paliativo” que una solución sostenible a largo plazo. Según la información disponible, el programa tiene un presupuesto aproximado de $2 millones de pesos argentinos. Este monto cubre los costos de los productos desodorizantes, el personal necesario para aplicarlos, y el mantenimiento adicional de los contenedores.
Detalles del Programa:
Con el fin de neutralizar los olores desagradables, que suelen generarse en los contenedores de residuos durante los meses de verano, varias cuadrillas de trabajadores de higiene urbana ya recorren las 15 comunas de la Ciudad para rociar los 33 mil contenedores que están en CABA. A cada uno de los grandes recipientes plásticos se les aplica un líquido inhibidor de olores denominado Odormatic, que también deja una fragancia a limón en el ambiente.
Con unas mochilas pulverizadoras de 16 litros, los operarios, que responden al Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, desodorizarán tanto los 28,456 contenedores negros y grises, destinados a residuos comunes, como los 4,589 verdes, destinados para materiales reciclables. Además, cada contenedor es lavado al menos una vez cada 15 días.
Algunos expertos en gestión de residuos cuestionan si el dinero invertido podría ser mejor utilizado en programas de educación y concientización sobre la separación de residuos y la reducción de residuos en origen. La fragancia a limón, aunque eficaz a corto plazo, no aborda el problema raíz de la acumulación de residuos y la necesidad de una gestión más eficiente de los mismos. También se ha planteado la preocupación sobre el impacto ambiental de los productos químicos utilizados para desodorizar los contenedores y su posible efecto en la fauna urbana.
El Programa Intensivo de Desodorización se suma a una serie de iniciativas que el gobierno de la ciudad ha implementado para mejorar la higiene urbana. Entre estas medidas destacan los Operativos de Limpieza Intensiva, el programa “Ojos en Calle”, y los operativos de desinsectación para prevenir la propagación de mosquitos y otros insectos. Además, se realizan fiscalizaciones a comercios gastronómicos y consorcios de vecinos para garantizar el cumplimiento de las normativas sobre gestión de residuos.
A pesar de estas críticas, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana defiende el programa como una medida temporal y parte de un enfoque más amplio para mejorar la higiene urbana. La clave, según ellos, es la combinación de iniciativas como esta con esfuerzos de educación y mejoras en la infraestructura de gestión de residuos.