La provincia de Buenos Aires le dio un fuerte correctivo a Javier Milei, con un peronismo que logró una victoria contundente: 47% de los votos contra el 34% de La Libertad Avanza. El triunfo, que superó por más de trece puntos a los libertarios, se extendió a seis de las ocho secciones electorales y a 99 de los 135 municipios. Un respaldo claro al gobierno de Axel Kicillof y un golpe durísimo para el proyecto nacional de Javier Milei. La izquierda y la fuerza “Somos” apenas arañaron resultados marginales en unos comicios que se desdoblaron por primera vez del calendario nacional y que, a pesar de la apatía, contaron con una participación del 63,2%.
Desde su búnker, un Javier Milei que se mostró acompañado por su gabinete, aunque sin el equipo económico, tuvo que poner la cara. Se decía que lo hicieron ir al bunker engañado, convenciéndolo de que los boca de urna eran favorables. “Hoy hemos tenido una clara derrota y hay que aceptarlo”, afirmó el Presidente, que habló de hacer una “autocrítica” de cara a los comicios nacionales de octubre. Aunque cuatro minutos después aclaró que no tiene intenciones de “retroceder en el rumbo del Gobierno” ni en el esquema cambiario ¿Cuál será la autocrítica?
Más tarde, en su propio escenario de victoria, Axel Kicillof, rodeado de su equipo y de la dirigencia peronista, lanzó un mensaje de desafío: “El Gobierno va a tener que cambiar el rumbo”, exclamó, y se mostró esperanzado de que el presidente “tenga el coraje” de llamarlo para trabajar juntos. El acto fue una fiesta militante, que coreó “es para Axel la conducción”, y contó con un mensaje de Cristina.
El resultado, claro está, trasciende lo provincial y tiene una dimensión estratégica nacional. Para el kirchnerismo, esta elección era la batalla de la resistencia, mientras que para el mileísmo era la oportunidad de derrocar al último bastión peronista. La campaña de los libertarios se nacionalizó por completo, con la presencia constante del Presidente y su círculo íntimo, y se basó en un eslogan tan fuerte como peligroso a la luz de los resultados: “Kirchnerismo nunca más”. Sin embargo, la estrategia les jugó en contra. La derrota los obliga a repensar su optimismo de cara al 26 de octubre y expone la profundidad del descontento en el distrito que concentra el 38% del electorado nacional.
La victoria consolida a Axel Kicillof no solo como el gran vencedor sobre Milei, sino también como un líder que desafía la jefatura de Cristina Kirchner dentro del peronismo. La expresidenta se había opuesto explícitamente al desdoblamiento electoral dispuesto por el gobernador, y el triunfo contundente le da a Kicillof una autonomía inédita. El escenario político entra en una nueva etapa, donde la pelea latente entre el Presidente y el Gobernador marcará los próximos dos años, en un país que parece estar reconsiderando su marcha hacia lo desconocido.