El Gobierno ha recortado funciones clave del Instituto Nacional del Cáncer (INC) y desmantelado el Programa Nacional de Cuidados Paliativos, una decisión cuyas consecuencias son alarmantes para los pacientes oncológicos en Argentina. La suspensión en la provisión de opioides, como morfina y metadona, ha dejado a los pacientes con cáncer avanzado expuestos a un mayor sufrimiento físico, mientras que la falta de formación de nuevos especialistas en cuidados paliativos agrava la ya crítica cobertura en este ámbito. Actualmente, solo el 14% de las personas que necesitan cuidados paliativos en el país acceden a ellos.
Este desmantelamiento se enmarca en un recorte presupuestario más amplio que afecta al sistema de salud. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el INC registró una subejecución del 55% de su presupuesto en 2024. Este ajuste no solo compromete la atención médica actual, sino que también pone en riesgo el futuro de las políticas oncológicas en Argentina.
Organizaciones como la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos (AAMyCP) han manifestado su preocupación por la falta de respuestas oficiales del Ministerio de Salud. Hasta el momento, el Gobierno no ha desmentido las denuncias ni presentado un plan alternativo para garantizar la continuidad de estos servicios. Además, la interrupción de estas políticas afecta directamente avances legislativos recientes, como la Ley de Oncopediatría (2022), cuyos logros podrían verse comprometidos ante la reducción de recursos.
En respuesta a estas medidas, trabajadores de la salud han convocado una marcha para el 27 de febrero, con el objetivo de defender el sistema público de salud y visibilizar el descontento frente a lo que consideran un abandono por parte del Estado.
Impacto en los pacientes y las regiones más vulnerables
La Dra. Mariana Pechenik, especialista en cuidados paliativos, denunció en redes sociales que el desmantelamiento del programa ha tenido un impacto devastador en la atención a pacientes con cáncer. La medida, impulsada como parte de un plan de recorte de gastos, incluye la suspensión de compras de opioides y la reducción de personal, lo que afecta gravemente a las provincias más pobres del país, donde el programa era fundamental para la distribución de medicamentos esenciales y la formación de recursos humanos.
Pechenik advirtió que las consecuencias de este recorte son el aumento del sufrimiento en pacientes oncológicos, quienes ya no reciben atención calificada ni alivio adecuado para el dolor severo. Esto no solo empeora la calidad de vida de los pacientes, sino que también representa un retroceso en el sistema de salud argentino, especialmente en las regiones más necesitadas.
Un retroceso en derechos humanos y políticas de salud
La especialista lamentó que esta decisión refleje una falta de conciencia sobre la importancia de los cuidados paliativos y un descuido hacia los derechos humanos. En sus palabras, “el sistema de salud argentino enfrenta un retroceso en un área crucial, donde el alivio del dolor y la atención digna deberían ser prioridades innegociables”.
Este escenario no solo pone en riesgo la atención de miles de pacientes, sino que también plantea serios interrogantes sobre el futuro de las políticas públicas de salud en Argentina, en un contexto donde el cáncer y otras enfermedades crónicas requieren cada vez más recursos y compromiso por parte del Estado.
¿Creés que podría existir una persona en el mundo, capaz de generar intencionalmente, aún más dolor y sufrimiento a personas con cáncer?
— Carmela Moreau (@CarmelaMoreauOk) February 24, 2025
Si, existe. Se llama @JMilei, que desmanteló el programa de cuidados paliativos del Instituto Nacional del Cáncer.
Un psicópata.