Desde la agrupación kirchnerista critican fuertemente y ya en público a Kicillof. Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y referente camporista, calificó la decisión como “unilateral y caprichosa”, afirmando que “esto es la ruptura oficial de Axel Kicillof con el kirchnerismo”. En la misma línea, Emmanuel Santalla, dirigente de Avellaneda, cuestionó el distanciamiento del gobernador respecto a Cristina Kirchner.
Frente a estos ataques, el entorno de Kicillof ha adoptado una postura conciliadora en las formas pero firme en el fondo, asegurando que no pedirán renuncias pero manteniendo el desdoblamiento como decisión tomada.
Los ministerios en juego
La tensión política tiene su correlato en la estructura de gobierno bonaerense, donde La Cámpora controla cuatro áreas clave: Salud (Nicolás Kreplak), Ambiente (Daniela Vilar), Justicia (Martín Mena) y el Instituto Cultural (Florencia Saintout). Fuentes de la agrupación han dejado trascender que evalúan hacer renunciar a estos funcionarios como medida de presión, aunque por ahora mantienen una posición ambigua: “Depende de lo que pase en las próximas horas”, admitió una fuente al medio Letra P.
Esta pulseada de poder se enmarca en un escenario legislativo complejo. La Cámpora impulsa en el Senado bonaerense un proyecto de ley para establecer elecciones concurrentes, presentado por la senadora Teresa García con apoyo de 16 de los 21 legisladores de UP. Para su aprobación necesitan sumar votos de la oposición, mientras el oficialismo provincial prepara su propia iniciativa para validar el desdoblamiento.
Los riesgos de la estrategia camporista
La amenaza de renuncias masivas plantea un dilema para La Cámpora. Por un lado, podría forzar una negociación con Kicillof, pero por otro corre el riesgo de darle la razón a los sectores críticos que tildan a la agrupación de “talibanes”. Desde el panperonismo ven a estas actitudes como una constante manera intentar limar la imagen de Kicillof para que no logre tomar fuerza como candidato para 2027.
La ausencia de Cristina Kirchner en el debate público directo añade otra variable. Mientras algunos sectores esperan que encabece la lista de diputados provinciales en la Tercera Sección, su silencio relativo deja a La Cámpora sin el respaldo explícito que necesitaría para torcerle el brazo al gobernador.
El escenario que se abre es de alta incertidumbre. Si el kirchnerismo logra imponer su proyecto en el Senado, Kicillof sufriría una dura derrota política. Pero si el gobernador mantiene su posición, La Cámpora deberá decidir si lleva adelante su amenaza de renuncias o busca una salida negociada que, en cualquier caso, dejará secuelas en la ya frágil unidad del peronismo bonaerense.
En este contexto, muchos se preguntan si esta interna no terminará beneficiando al gobierno nacional, que observa cómo su principal oposición se debate en luchas faccionales mientras la crisis económica sigue golpeando a los bonaerenses.