Julián Álvarez en jaque: ola de inseguridad y presión a empleados para llenar actos

En Lanús, la creciente ola de inseguridad desató una masiva protesta vecinal frente al Palacio Municipal, donde cientos de residentes cortaron la Avenida Hipólito Yrigoyen durante horas. Los manifestantes exigieron acciones urgentes al intendente Julián Álvarez, acusándolo de priorizar la autopromoción en redes sociales sobre políticas efectivas de seguridad. Entre los reclamos, destacaron robos violentos, cámaras inoperativas y la falta de respuestas concretas. Durante la movilización, los carteles municipales con la frase “Lanús te cuida” se convirtieron en símbolos de ironía ante la percepción de abandono. Automovilistas apoyaron con bocinazos mientras se relataban casos alarmantes, como el robo de una camioneta frente a una escuela y el secuestro de un hombre para sustraerle su auto. Horas después de la protesta, cámaras captaron a un delincuente forcejeando con una mujer para robarle la mochila.

La tensión se intensificó al conocerse que el municipio destinó $1.502.500 en dos semanas a publicidad en redes sociales mediante Meta, según datos oficiales. Este gasto, sumado a eventos como el recital de Kapanga y un presupuesto inicial de $411 millones para festejos del aniversario —cuestionado por la oposición—, contrasta con la demanda vecinal de invertir en patrulleros, cámaras operativas y prevención. Aunque la comuna destacó obras como la remodelación de la plazoleta Caraza y la instalación de luces LED, los residentes las consideran insuficientes frente a la emergencia.

Paralelamente, Álvarez enfrenta críticas por su manejo político. Durante un acto en Chingolo para anunciar la candidatura de Cristina Fernández, se promocionó una concurrencia masiva de 1500 personas. Sin embargo, fuentes internas revelaron que se presionó a empleados municipales para asegurar la asistencia, bajo amenaza de perder sus contratos. El evento, presentado como muestra de apoyo popular, evidenció la fragilidad del armado kirchnerista en la Tercera Sección Electoral, con llamados reiterados a la *”unidad”* que desnudan divisiones internas. Además, Álvarez omitió mencionar los $46.000 millones recibidos de la gobernación de Axel Kicillof, según revelaciones periodísticas de diciembre de 2024, fondos que nunca fueron transparentados públicamente.

Las críticas también alcanzaron al intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, por el manejo de recursos del puerto de Dock Sud, profundizando las grietas en el peronismo bonaerense. Mientras Álvarez apela a la nostalgia kirchnerista, evadiendo propuestas concretas de renovación generacional, su gestión se debate entre el gasto en autopromoción y la incapacidad de responder a demandas urgentes. La consigna vecinal —*”Basta de relato, queremos hechos”*— resuena como un llamado a priorizar la seguridad sobre la imagen, en un contexto donde el temor a la delincuencia choca con una campaña política centrada en el resguardo de Cristina Fernández mediante apoyos territoriales limitados.