25 Ago 2025

Fachitos en fuga

En medio de una crisis política que se profundiza, el gobierno de Javier Milei enfrenta una masiva deserción de aliados. Mientras asistimos al derrumbe de la narrativa anticorrupción, periodistas afines exigen explicaciones y encuestas revelan una caída del 30% en su base electoral.
Fachitos en fuga

Según encuestas de la consultora Proyección, solo dos de cada diez argentinos creen que Karina Milei, hermana del Presidente y secretaria general de la Presidencia, no está involucrada en el escándalo de coimas en Discapacidad. Entre los adherentes de La Libertad Avanza, tres de cada diez dudan en volver a votarlo, lo que representa una caída del 30 por ciento en su base electoral .

La situación generó un terremoto interno incluso entre los aliados mediáticos del oficialismo. Jonatan Viale, periodista cercano al Gobierno que admitió haber editado una entrevista con Milei para favorecerlo en el caso de las criptomonedas, estalló en su programa de Radio Rivadavia al enumerar siete episodios de presunta corrupción en solo 21 meses de gestión: “Es mucho”, concluyó, y exigió que haya “guillotina si hubo corrupción”, sin importar el apellido involucrado . Viale detalló una lista que incluye una estafa con criptomonedas promocionada por el propio Presidente, valijas que evadieron controles aduaneros, contrataciones del Banco Nación a empresas de la familia de Martín Menem, y los audios del director de Discapacidad, Diego Spagnuolo, que comprometen a Lule Menem, mano derecha de Karina Milei, en maniobras por contratos con sobreprecios .

La comparación con escándalos históricos no se hizo esperar. Eduardo Feinmann, en La Nación+, se preguntó si estos casos son “la causa de los cuadernos libertarios a través del teléfono de Spagnuolo”, en referencia a los cuadernos de Oscar Centeno que documentaron sobornos durante el kirchnerismo . Pablo Rossi, su compañero de programa, añadió que “los tres teléfonos de Spagnuolo podrían ser los cuadernos de Centeno” , equiparando la magnitud de ambos casos.

El desbande de los apoyos mediáticos es evidente. Alejandro Fantino, otro aliado, exigió que los responsables “se vayan a Guantánamo”, mientras Luis Majul optó por no difundir los audios de Spagnuolo “para no ensuciar a nadie” . Santiago Caputo, asesor clave de Milei, intentó sin éxito contener la crisis llamando a periodistas para que no abordaran el tema, una estrategia que recuerda los intentos fallidos de Alberto Fernández durante el conflicto con el campo en la era kirchnerista.

La legitimidad internacional también se resquebraja. Los miembros del Consejo Asesor Científico del Instituto Ludwig von Mises de Alemania renunciaron por el galardón otorgado a Milei, advirtiendo que sus declaraciones sobre filosofía económica no deben considerarse una autoridad . Este revés ocurre en un contexto donde la fuga de capitales, según reportes, absorbió el 44 por ciento del primer desembolso del FMI en apenas mes y medio, totalizando 5247 millones de dólares .

La pregunta que flota en el aire es si Milei podrá revertir esta racha negativa en las elecciones de septiembre y octubre, o si estos comicios serán el golpe final para un gobierno que llegó prometiendo transparencia y se encuentra empantanado en escándalos que parecen replicar las prácticas que decía combatir . La ironía histórica es palpable: quienes se presentaban como los enterradores de “la casta” ahora enfrentan sus propios “cuadernos libertarios” .

Para sumar a los fugazzas, en un revelador momento durante la transmisión del stream oficialista Neura, un panelista del programa de Alejandro Fantino hizo una distinción crucial que reverbera en el ambiente político: “No me considero mileísta, yo soy libertario desde antes de que esté Milei”, afirmó, y agregó: “Y lo voy a seguir siendo igual porque mi ideología no está atada a una persona”. Esta declaración, que busca despegar la identidad libertaria de la figura presidencial, es un síntoma elocuente de cómo el escándalo de las coimas está forzando a los aliados a replegarse y a intentar salvar el ideario de lo que perciben como el naufragio de un gobierno manchado por la corrupción.