Estafa electoral: El gobierno de Milei empobrece jubilados para enriquecer a la mayor casta del país

Mientras los abuelos argentinos eligen entre comprar medicinas o comida, el gobierno de Javier Milei ejecuta un saqueo descarado: recorta jubilaciones con la excusa de “no hay plata”, pero abre la chequera para regalar miles de millones a sus amigos del poder económico. ¿Austeridad para los de abajo? Solo para los de abajo. Porque mientras los jubilados lloran una pérdida del 40% en sus magros ingresos, el oficialismo elimina retenciones a grandes empresas y planifica rebajas de impuestos para los más ricos en lo que no sólo configura un escándalo, sino una traición social.

Miremos los números: esos $20.000 mensuales que les negaron a los jubilados equivale a una pizza al mes. Pero en el mismo instante, el Estado renunció a USD 1.500 millones anuales solo por quitar retenciones a la exportación del agro. ¿Sabe lo que es esa montaña de dinero? Lo que Milei le transfirió al campo ayer equivale a casi 8 presupuestos anuales del Garrahan.

La hipocresía es obscena. Hablan de “combatir la casta” mientras en privado firman contratos con corporaciones y protegen patrimonios millonarios. El FMI aplaude este ajuste salvaje, pero en los barrios la gente pregunta: ¿por qué los que menos tienen pagan los platos rotos? La promesa del veto al aumento jubilatorio fue una puñalada: congelaron ingresos, mientras los bancos, los pooles de siembra y los frigoríficos festejan rebajas históricas en sus contribuciones.

Este no es un simple ajuste técnico. Es una transferencia descarada de riqueza: de las manos temblorosas de los jubilados a los bolsillos llenos de la élite. Cada peso recortado en pensiones termina en ganancias de grupos concentrados. Cada discurso sobre “disciplina fiscal” esconde un guiño a los lobbies empresariales ¿Hasta cuándo los argentinos permitiremos que nos roben la dignidad para seguir aumentando la brecha entre ricos y pobres?