En un movimiento que profundiza las fracturas internas del espacio libertario, la agrupación “Las Fuerzas del Cielo” liderada por Daniel “Gordo Dan” Parisini prepara una ofensiva territorial con dos actos clave en el interior bonaerense. El primero se realizará el 13 de junio en Bahía Blanca, seguido por un segundo encuentro entre fines de junio y principios de julio en Mar del Plata, según confirmaron fuentes a Letra P. Esta avanzada busca disputar espacios decisivos en la Quinta y Sexta sección electoral, apuntando explícitamente a condicionar el armado de listas que controla Sebasti Pareja, operador central de Karina Milei. El grupo, que se autoproclama el “brazo armado del Presidente”, proyecta convocar a 500 personas en Mar del Plata e incluirá a sectores aliados como el intendente Guillermo Montenegro, quien busca acercamientos con el oficialismo.
La estrategia del cuarteto fundador —integrado además por el legislador Agustín Romo, el secretario de Culto Nahuel Sotelo y el comunicador Lucas “Sagaz” Luna— enfrenta directamente al núcleo duro del mileísmo bonaerense. En paralelo, Pareja organiza un congreso partidario en el exclusivo salón Vonharv de La Plata, donde Javier Milei será orador principal ante mil asistentes, en un claro contrapunto de fuerzas. La pulseada ocurre en vísperas de hitos electorales críticos: el 9 de julio vence el plazo para formar frentes y el 19 del mismo mes para presentar candidaturas legislativas.
Para consolidar su despliegue, “Las Fuerzas del Cielo” impulsa a dos figuras jóvenes: en Bahía Blanca apuestan por Felipe Ferrández, concejal e hijo de Marité Gonard (ex Avanza Libertad), mientras en Mar del Plata promueven a David Urbani, integrante de los equipos comunicacionales oficialistas con activa presencia en redes. Ambos deberán medirse con pesos pesados como Alejandro Carrancio —diputado provincial licenciado y alineado con Karina Milei— y con referentes externos como la exsenadora Nidia Moirano, actualmente vinculada a Patricia Bullrich. La agrupación, cuya presentación en noviembre de 2024 generó repudio por el uso de simbología asociada al fascismo, intenta ahora capitalizar su perfil disruptivo en territorios donde el libertarismo carece de arraigo militante.
