A través de una carta dirigida al presidente de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), Nicolás Pakgojz, el ministro de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, confirmó el cierre definitivo de los Complejos Turísticos Embalse (Córdoba) y Chapadmalal (Buenos Aires), símbolos del turismo social argentino desde su creación durante el primer peronismo.
El argumento esgrimido por el Gobierno se basa en la Ley de Emergencia Pública 27.742 y en el Decreto 216/2025, que modificó la Ley de Turismo, para declarar la “innecesariedad” de ambos predios. La decisión habilita a la AABE a disponer de los terrenos, aunque con una salvedad: la Residencia Presidencial de Chapadmalal —utilizada por mandatarios desde Perón hasta Macri— quedará excluida del proceso.
Los complejos, construidos por la Fundación Eva Perón en la década de 1940, fueron concebidos para garantizar el acceso a vacaciones a familias de bajos recursos, jubilados y personas con discapacidad. Tras décadas de abandono, el gobierno de Alberto Fernández invirtió 7.000 millones de pesos en su remodelación, reinaugurando en 2023 el Hotel 6 de Chapadmalal —cerrado 15 años— con mejoras en accesibilidad y infraestructura. En esa foto de inauguración, estuvo sonriente Daniel Scioli.
“Eran espacios únicos para que los más humildes conocieran el mar o las sierras. Cerrarlos es una insensibilidad que asombra“, criticó Matías Lammens, exministro de Turismo. Por su parte, la subsecretaria bonaerense Soledad Martínez acusó al Gobierno de “romper derechos populares con sandeces injustificables”.
La carta de Scioli menciona que la decisión se tomó tras evaluar informes de los directores de los complejos y reclamos de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (FEHGRA). Sin embargo, fuentes del sector desmintieron que la entidad hubiera solicitado el cierre: “Algunos socios podrían tener intereses particulares en esos terrenos”, admitió un referente.
Los predios —75 hectáreas de bosques y playas— son codiciados por desarrolladores privados. De hecho, en 2024 ya se había lanzado una licitación para concesionar hoteles en Chapadmalal. “Es un negocio fenomenal: el Estado puso la plata para modernizarlos y ahora los entregan”, denunció un trabajador.
“Es como si hubieran tirado una bomba atómica sobre nuestros derechos”, lamentó Remi Cáceres, coordinadora de viajes para personas con discapacidad. En 2024, unos 120.000 argentinos al año disfrutaban de estos centros. Hoy, su futuro es incierto: aunque Scioli aclaró que son Monumentos Históricos (desde 2013) y que se negociará con la provincia la transferencia del Museo Eva Perón, el mensaje es claro: el turismo social ya no es prioridad.
Mientras el oficialismo justifica la medida en la “emergencia”, las críticas resaltan una paradoja: el mismo Gobierno que los refaccionó ahora los desarma. Y, como siempre, la pregunta flota en el aire: ¿quiénes serán los beneficiados?