14 Ene 2025

Duro editorial de The Guardian contra Milei

El "fenómeno barrial" fue atendido por un editorialista de The Guardian, el periódico británico conocido por su periodismo de investigación y análisis en profundidad de temas políticos y sociales a nivel mundial.
Duro editorial de The Guardian contra Milei

El artículo de The Guardian critica a la gestión de Javier Milei, destacando los efectos negativos de sus políticas de austeridad. Sus medidas han exacerbado la pobreza y la desigualdad en Argentina. La devaluación del peso y los recortes en el gasto público han tenido un impacto devastador en la economía y en la vida de los ciudadanos, especialmente los más vulnerables.

La dependencia de Argentina de los préstamos del FMI y de China también plantea serios desafíos geopolíticos. La presión de Trump para que Argentina se aleje de China podría complicar aún más la situación económica y política del país. Además, la ironía de utilizar la intervención estatal para controlar la inflación mientras se promueve el libre mercado no pasa desapercibida.

Las políticas de Milei han causado un dolor significativo sin ofrecer beneficios visibles a la mayoría de los argentinos. La apuesta de Milei de que puede dejar el desorden para que lo limpie su sucesor es una estrategia cínica y miope que ignora la necesidad de reformas significativas en Argentina.

La traducción:

La visión de The Guardian sobre el año de austeridad en Argentina: recortes dolorosos, pobreza creciente y una apuesta geopolítica En sus primeros 12 meses, Javier Milei ha impuesto medidas económicas drásticas, lo que ha provocado protestas mientras apuesta por un rescate del FMI. El primer líder extranjero que se reunió con Donald Trump después de su victoria en noviembre pasado fue el presidente de Argentina, Javier Milei. La afinidad es obvia: ambos son outsiders políticos unidos por una retórica de extrema derecha y una inclinación por el capitalismo anárquico. Milei prometió una guerra contra los burócratas, brutales recortes del gasto público y una amplia desregulación de la segunda economía más grande de América del Sur. Como era de esperar, el resultado ha sido devastador: una recesión sumió a más de la mitad del país en la pobreza en los primeros seis meses de 2024. Milei no ganó las últimas elecciones sino que el gobierno anterior las perdió. Cuando los votantes acudieron a las urnas en octubre de 2023, la inflación mensual rondaba el 8%, lo que alimentó la frustración con los partidos establecidos y la ansiedad sobre el futuro, sentimientos que Milei explotó hábilmente. Después de su victoria, la inflación mensual se disparó al 25% antes de volver a caer a menos del 3% en noviembre. Como devoto de Milton Friedman, Milei podría afirmar que sus recortes en el sector público fueron dolorosos pero necesarios. Esto está lejos de la verdad. La realidad, como señala el economista Matías Vernengo, es que Milei devaluó el peso, provocando un aumento en los precios internos, mientras utilizaba controles cambiarios para contener mayores presiones inflacionarias. La ironía de desplegar la intervención estatal mientras se defiende el libre mercado pasa desapercibida para los argentinos que luchan por sobrevivir. Como informaron nuestros corresponsales la semana pasada, ha habido un costo social muy alto asociado al programa de austeridad del Sr. Milei de recortar servicios y empleos. La caída de los salarios reales ha dejado a muchos sin poder pagar un seguro médico, lo que ha presionado aún más a los hospitales públicos que carecen de fondos suficientes. Protestas violentas contra estas medidas sacudieron Buenos Aires este verano. La economía se está recuperando tentativamente de la terapia de shock de Milei. Pero es probable que haya más disturbios si las condiciones de vida no mejoran. En el corto plazo, la capacidad de Milei para prevenir una reacción depende de factores externos. El préstamo de 44.000 millones de dólares otorgado a Argentina por el Fondo Monetario Internacional (FMI) se está agotando y el gobierno está buscando fondos adicionales para aliviar los controles cambiarios sin provocar una venta masiva de pesos. Un escenario así podría reavivar la inflación y dañar la popularidad de Milei antes de elecciones clave para el Congreso. A pesar de elogiar la reducción del Estado de Milei, el FMI sigue desconfiando de que sus dólares se utilicen para apuntalar el peso, una táctica utilizada anteriormente por Argentina. Desde su crisis financiera de 2018, Argentina ha dependido de los rescates del FMI y, cada vez más, de los préstamos de Beijing, convirtiéndose en el mayor receptor de fondos comerciales chinos de América Latina. Esta dependencia plantea un desafío geopolítico, con presiones de Trump para retirarse de China, una medida que a Milei podría resultarle difícil resistirse. Las políticas de Milei han infligido un dolor significativo con pocos beneficios visibles. Los precios al consumidor aumentaron un 160% en su primer año en el cargo, aproximadamente el mismo aumento registrado durante el último año del gobierno anterior. En lugar de representar una ruptura con el pasado, la agenda de Milei se hace eco de las de administraciones de derecha anteriores, cuyos miembros ahora forman parte de su gabinete. Como observó el historiador económico Michael Bernstein, “laissez-faire” a menudo se traduce como “laissez-nous faire”: dejar que los intereses corporativos operen con una supervisión mínima. Estas políticas podrían enriquecer a unos pocos elegidos en Argentina –o en la América trumpiana–, pero para la mayoría conducen a mayores dificultades y desigualdad. La apuesta de Milei es que puede engañar a suficientes personas para que dejen su desorden para que lo limpie su sucesor. Es una apuesta cínica y miope que descuida la necesidad de reformas significativas en Argentina.