En un espectáculo que parece una metáfora del gobierno, el presidente Javier Milei y su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, se dieron el lujo de disfrutar de un concierto de la Orquesta Filarmónica del Ejército en la mismísima Casa Rosada. La puesta en escena, que incluyó la presencia de la mediática candidata a diputada Virginia Gallardo, transcurría mientras, a pocas cuadras de allí, el Congreso le negaba un mísero aumento a los pauperizados jubilados.
El evento, que se le atribuye a la organización de la Casa Militar y que dirigió el maestro Pablo Boggiano –hermano de un asesor económico del mandatario, para más datos– ofreció un repertorio que fue desde la ópera hasta bandas sonoras de films pochocleros como “Star Wars” y “Piratas del Caribe”.
Dos países…Mientras tu gente reza por una ley q los proteja, en Casa Rosada hay música. Vos elegí de que lado de la mecha estás. pic.twitter.com/bVB9Uy9Be8
— Marcela Feudale (@SoyFeudaleM) August 21, 2025
Frente a esta derrota legislativa, el Gobierno evalúa llevar las decisiones del Congreso ante la Justicia, una vez que el Senado trate los vetos, un desenlace que desde las filas libertarias ya dan por descontado. La jornada finalizó con el presidente invitando a los músicos a un ágape en el Salón Héroes de Malvinas, encapsulando una tarde donde la estrategia política y la simbolización cultural transcurrieron por caminos diametralmente opuestos.
El contraste no podría ser más elocuente: en el mismo momento en que algunos diputados con sueldos millonarios daban vuelta su voto para traicionar a los jubilados que literalmente se mueren de hambre, el primer mandatario parecía ensimismado en un espectáculo que muchos interpretaron como una muestra de desconexión con la realidad cotidiana. La jornada dejó al descubierto no solo las fisuras en la base de apoyo oficialista, sino también la profunda división entre la agenda de un gobierno que se repliega en gestos simbólicos y una sociedad que exige respuestas concretas ante la crisis. Las protestas se extendieron frente al Congreso, donde organizaciones sociales y de derechos humanos expresaron su rechazo a las medidas que afectan a jubilados.