Abuelas de Plaza de Mayo Anuncian la Recuperación del Nieto 138

En una emotiva conferencia de prensa realizada en la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA), las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la recuperación del nieto 138. Este nuevo hallazgo marca otro hito en la incansable lucha de la organización por restituir la identidad de los niños apropiados durante la última dictadura cívico-militar en Argentina.

El anuncio fue realizado por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien expresó su alegría y emoción por este nuevo logro. “Cada nieto recuperado es una victoria para la verdad y la justicia”, afirmó Carlotto. La conferencia contó con la presencia de familiares del nieto 138, quienes compartieron su historia y agradecieron el trabajo incansable de las Abuelas.

Detalles del Caso

El nieto 138 fue apropiado durante la dictadura y, gracias a las investigaciones del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), se logró su identificación.

El Compromiso de las Abuelas

Desde su creación en 1977, Abuelas de Plaza de Mayo ha trabajado incansablemente para localizar y restituir la identidad de los niños desaparecidos. Hasta la fecha, han logrado recuperar a 138 nietos, cada uno de ellos representando una historia de vida y resistencia. La organización continúa su labor, instando a la sociedad a colaborar y mantener viva la memoria de los desaparecidos.

La historia

El nieto 138 es hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor.

Ambos fueron vistos en el Centro Clandestino ESMA, donde probablemente se haya producido el nacimiento en 1976.

Marta Enriqueta Pourtalé, de 32 años de edad, apodada “la Gorda María”, estaba en pareja con Juan Carlos Villamayor Morinigo, de 21 años. Al momento del secuestro Marta tenía un hijo de cuatro años, y se encontraba embarazada de siete meses. Ambos eran militantes de Montoneros y ella trabajaba en el Ministerio de Bienestar Social. Fue secuestrada junto con su pareja, el 10 de diciembre de 1976 en su domicilio, de la ciudad de Buenos Aires. Su hijo Diego fue dejado en una comisaría en la localidad de Villa Ballester, provincia de Buenos Aires, y luego devuelto a sus familiares.

Ambos permanecen desaparecidos.