El Gobierno nacional avanza en su estrategia de contener los aumentos salariales dentro de los márgenes de la inflación proyectada, un objetivo que ha encontrado cierto eco en la Confederación General del Trabajo (CGT). Sin embargo, este aparente “entendimiento” entre las partes podría estar llegando a su límite, luego de que el Ministerio de Salud decidiera eliminar la intermediación de las obras sociales, una medida que impacta directamente en los ingresos de los gremios. Mientras tanto, desde el kirchnerismo reclaman una postura más combativa de la central obrera, y las consultoras privadas anticipan una inflación de entre 2% y 2,5% para enero de 2025, lo que refuerza el argumento oficial de moderación en las paritarias.
En las últimas semanas, el Gobierno ha logrado cerrar acuerdos salariales con varios gremios clave, como Camioneros y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), donde las pretensiones iniciales de los trabajadores se ajustaron a la baja para alinearse con las proyecciones inflacionarias del Ministerio de Economía. El caso de Camioneros, liderado por Hugo Moyano, es emblemático: tras comenzar con una demanda del 15%, el sindicato terminó aceptando un aumento del 5,5% para el trimestre diciembre-enero-febrero, más un bono de 600.000 pesos. Este acuerdo ha sido celebrado por el oficialismo como un “referente” para otras negociaciones.
No obstante, no todos los gremios han seguido esta línea. La Fraternidad, liderada por Omar Maturano, mantiene su reclamo de un 10% de resarcimiento por 2024, mientras que el acuerdo del gremio de Sanidad, liderado por Héctor Daer, aún no ha sido homologado por la Secretaría de Trabajo, al considerar que supera las expectativas inflacionarias. “Son pan para hoy, hambre para mañana”, simplificó un funcionario del Poder Ejecutivo, refiriéndose a los riesgos de conceder aumentos por encima de la inflación.
El aparente clima de diálogo entre el Gobierno y la CGT se vio alterado por la decisión del Ministerio de Salud de eliminar la intermediación de las obras sociales, una medida que podría costarle a los gremios unos 360.000 millones de pesos anuales. Esta pérdida de ingresos, derivada de permitir que las prepagas reciban directamente los aportes de los trabajadores, ha encendido las alarmas en la mesa chica de la central obrera.
Si bien la CGT ha mantenido una postura dialoguista desde la salida de Pablo Moyano de su cúpula, esta medida podría marcar un punto de inflexión en su relación con el Gobierno. “El dialoguismo tiene límites, y este es uno de ellos”, afirmó una fuente cercana a la conducción de la CGT. La central obrera, que ya había reducido su confrontación a comunicados y apoyos simbólicos a movilizaciones sociales, ahora evalúa reactivar medidas de fuerza.
Desde el kirchnerismo, el senador Mariano Recalde criticó la postura “tibia” de la CGT y llamó a asumir una actitud más combativa frente a las políticas del Gobierno. “La CGT debería ser más firme en su oposición a las medidas de ajuste”, afirmó Recalde en declaraciones a Radio Splendid. El legislador también cuestionó la estrategia del Gobierno de centrar el debate en temas divisivos, como los ataques a colectivos LGBTQ+, mientras avanza con reformas económicas que impactan en el bolsillo de los trabajadores.
Recalde no descartó que, con el tiempo, el malestar social pueda traducirse en un rechazo más generalizado hacia la administración de Milei. Sin embargo, reconoció que, por ahora, la oposición enfrenta el desafío de ampliar sus alianzas y fortalecer su estrategia de cara a las próximas elecciones legislativas.
En medio de este escenario, las consultoras privadas proyectan una inflación de entre 2% y 2,5% para enero de 2025, lo que representaría una continuidad en la tendencia a la baja que comenzó en diciembre, cuando el índice cerró en 2,7%. Esta desaceleración inflacionaria refuerza el argumento del Gobierno de que los aumentos salariales deben alinearse con las expectativas de precios para evitar un espiral que termine afectando a la economía en su conjunto.
No obstante, la pregunta que queda en el aire es si esta tregua entre el Gobierno y los gremios podrá sostenerse en el mediano plazo. Mientras el oficialismo insiste en que la CGT ha “entendido” la necesidad de acompañar la baja inflacionaria, la medida sobre las obras sociales y los reclamos desde el kirchnerismo podrían poner en jaque este frágil equilibrio.
El Gobierno celebra los acuerdos paritarios que se alinean con sus proyecciones económicas, pero la tensión por las obras sociales y las críticas desde la oposición podrían complicar el panorama. En un contexto de inflación en descenso, la clave estará en si las partes logran mantener el diálogo o si, por el contrario, el conflicto resurge con fuerza en los próximos meses.
Comercio cerró un aumento del 1,7% por mes entre enero y marzo. UTEDyC sumó un 10% para el primer semestre (5% en marzo, 2,5% en mayo y 2,5% en junio). El número mágico (la pauta no escrita?) parece ser el 1,7% por mes. Si la inflación no baja fuerte, el salario lo va a sentir
— Luis Campos (@luiscampos76) January 29, 2025