Este fenómeno ha generado especulaciones sobre quiénes están detrás de estas operaciones y qué figuras podrían seguir el mismo camino ¿Patricia Bullrich está dinamitando su ex partido? ¿Es Santiago Caputo, con las presiones que puede generar desde la SIDE con tanta información “carpeteable” y el poder de los fondos reservados?
Ignacio Torres, gobernador de Chubut, ha mostrado una disposición abierta a negociar con Milei, destacando la necesidad de objetivos comunes. Aunque no ha oficializado su pase, sus declaraciones sugieren una posible alianza futura. Por otro lado, Rogelio Frigerio, gobernador de Entre Ríos, también ha expresado su apoyo a un acercamiento con Milei, viendo con buenos ojos la conformación de un frente electoral entre Juntos por Entre Ríos y LLA.
Entre los políticos que ya han dado el salto, se destacan los intendentes Diego Valenzuela de Tres de Febrero y Ramiro Egüen de 25 de Mayo. Valenzuela, exdirigente del PRO, oficializó su pase a LLA a través de un anuncio en redes sociales, destacando su amistad con Milei desde la época universitaria. Egüen, por su parte, se unió a LLA tras haber sido miembro del GEN y luego de Juntos por el Cambio.
La estrategia de Milei para acelerar el pase de dirigentes del PRO a LLA se basa en “apurar el goteo”, buscando atraer a aquellos que consideran que su futuro puede ser más prometedor al lado de Milei que seguir atados a la suerte de Mauricio Macri. Esta táctica ha generado un efecto dominó, con más figuras del PRO evaluando la posibilidad de unirse a LLA porque el mercado de pases no descansa y suenan Montenegro y Ramón Lanús. Serían los próximos intendentes del PRO en continuar el éxodo.
Y pareciera no terminar ahí. Se dice que es un fenómeno en crecimiento, impulsado por la estrategia de Milei y la disposición de algunos dirigentes a buscar nuevas alianzas. Si figuras como Ignacio Torres y Rogelio Frigerio dieran el paso final, el futuro del partido creado por Mauricio Macri se vería muy complicado, quedando como una alternativa de derecha ya sin nada que ofrecer. Macri nunca se termina de despegar de las posiciones rupturistas de Milei, y pareciera que el único espacio que le podría quedar por intentar llenar, sería el de ser una derecha con más vocación democrática. Pero pareciera no terminar de convencerse. Podría fácilmente tomar posturas enfrentadas a Milei, rechazar los exabruptos, oponerse a la crueldad del desguace de áreas tan sensibles en salud, el intento de cierre de los Sitios de Memoria, fingir alguna preocupación republicana, pero evidentemente no le sale. Lo que deja abierta la idea de que Macri quiso ser Milei, pero no se animó.
Además, la situación se complica aún más con la creciente popularidad de Milei entre los votantes jóvenes y desencantados con la política tradicional. Su discurso disruptivo y su promesa de un cambio radical han captado la atención de un sector importante del electorado, lo que aumenta la presión sobre el PRO para redefinir su estrategia y recuperar terreno perdido.
En este contexto, la capacidad del PRO para mantener su cohesión interna y presentar una alternativa viable a LLA será crucial en los próximos meses. La posibilidad de nuevas deserciones y alianzas inesperadas añade un elemento de incertidumbre al panorama político argentino, que se encuentra en una encrucijada histórica.
La pregunta que queda en el aire es si el PRO podrá adaptarse a esta nueva realidad política y encontrar un camino que le permita seguir siendo relevante en el escenario nacional, o si sucumbirá ante la ola de cambio que representa Javier Milei y su movimiento.