La decisión del Gobierno Nacional de apelar un fallo judicial que ordenaba la entrega inmediata de medicamentos esenciales para pacientes con enfermedades raras y oncológicas ha generado una profunda conmoción en la sociedad y en el sector de la salud. Esta medida, lejos de ser una solución a un problema urgente, se ha convertido en una nueva amenaza para la vida de miles de argentinos y argentinas.
La crisis de los medicamentos: un drama humano
La disolución de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE) y la creación de la nueva Dirección Nacional de Asistencia Directa y Compensatoria (Dinadic) no han hecho más que agravar una situación ya de por sí crítica. La demora en la entrega de medicamentos, sumada a las nuevas trabas burocráticas, ha tenido consecuencias fatales: decenas de pacientes han perdido la vida al verse interrumpidos sus tratamientos.
Los argumentos del Gobierno: una cortina de humo
Los argumentos presentados por el Gobierno para justificar su decisión son débiles y carentes de fundamento. Al negar la legitimidad de las asociaciones de pacientes para presentar amparos, el Estado está poniendo en una situación de indefensión a los más vulnerables. Además, al transferir la responsabilidad de garantizar el acceso a la salud a las provincias, el Gobierno está diluyendo su propia obligación constitucional de proteger el derecho a la vida.
Las consecuencias de esta política
La respuesta de la sociedad civil
Ante esta situación, la sociedad civil se ha organizado para exigir una solución urgente. La Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa) ha sido una de las voces más críticas, denunciando la política de “arrasamiento” del Gobierno y exigiendo el cumplimiento inmediato del fallo judicial.
¿Qué podemos hacer?
Es fundamental que la sociedad civil se mantenga movilizada y exija al Gobierno que cumpla con su obligación de garantizar el acceso a la salud. Algunas acciones que podemos llevar a cabo son:
La salud no es un privilegio, es un derecho
El acceso a medicamentos esenciales es un derecho fundamental. El Gobierno tiene la obligación de garantizar este derecho, y la sociedad civil tiene el deber de exigirlo. No podemos permitir que más personas mueran por falta de acceso a los tratamientos que necesitan.
Además, en medio de una suba de casos, el Ministerio de Salud eliminó la coordinación del área de Tuberculosis y Lepra. En 2023, Argentina registró alrededor de 13 mil diagnósticos de tuberculosis, cifra que aumentó a más de 15 mil en 2024. La enfermedad está en ascenso a nivel nacional y mundial, agravada localmente por el aumento de la pobreza y condiciones laborales menos controladas debido a la ausencia del Estado. En este contexto, el Ministerio de Salud de la Nación decidió eliminar la coordinación del área. Especialistas y organizaciones sociales advierten: “desatender estas cuestiones va a causar más muertes”.
El cierre de la Coordinación de Tuberculosis y Lepra es parte del nuevo organigrama implementado por la cartera dirigida por Mario Lugones con el cambio de año, que incluyó la eliminación de 15 direcciones o dependencias de Salud. Entre ellas, la de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse), objeto de reclamos y de un fallo judicial por las demoras en la entrega de medicación oncológica a pacientes vulnerables desde el inicio de la gestión de Javier Milei.
Según el área comandada por Lugones, no se trata de cierres sino de “una reducción de cargos jerárquicos, con pase de funciones a otras áreas. Las labores continúan, se elimina el ‘raviol’ o cargo”. En el caso de la Coordinación de Tuberculosis, aseguran que “sus competencias siguen vigentes en la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, hepatitis virales y tuberculosis”.
“Va a causar más muertes”
Para las organizaciones que acompañan a pacientes y trabajan para frenar el avance de la enfermedad, el cambio es significativo. “Trabajábamos intensamente con la Coordinación para mejorar el acceso y los diagnósticos. Muchas personas reciben tratamiento por otras patologías pero tienen tuberculosis; hay mucha gente en la calle que no accede al sistema de salud, en las cárceles hay mucha tuberculosis y se transmite a quienes cuidan y a los familiares. Hay mucho trabajo por hacer”, cuestionó Nancy Ballestin, del Observatorio Tuberculosis Argentina.
“Más allá de que algunas personas creen que la tuberculosis ya no existe, está aumentando y no solo en nuestro país. Si la gente abandona el tratamiento, el bacilo se volverá resistente. Argentina aún no tiene mucha tuberculosis multirresistente. Perú y Bolivia, sí. Si eso avanza aquí, estaremos en problemas. ¿Quién estará atento a eso ahora? ¿Solo una persona a cargo de cuatro patologías?”, criticó la trabajadora social.
El martes 14, distintas organizaciones de la salud realizarán un abrazo al Ministerio de Salud
— Prensa FESPROSA (@PrensaFESPROSA) January 10, 2025
Exigirán que se retrotraiga las disoluciones de las direcciones de HIV, TBC, hepatitis y la entrega inmediata de medicación a pacientes oncológicos y crónicos.https://t.co/XrVelOp1gE