La emblemática fábrica de margarina Dánica, ubicada en Lavallol, cerró sus puertas tras más de 80 años de funcionamiento, dejando a más de 150 trabajadores sin empleo. La decisión, que había sido anticipada a fines del año pasado, se concretó con el envío de telegramas de despido bajo el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite pagar indemnizaciones reducidas al 50% en casos de crisis económica.
Entre los factores que llevaron al cierre de la planta se encuentran los altos costos laborales, la caída en las ventas y problemas logísticos. La producción será tercerizada y trasladada al interior del país, aunque algunos trabajadores aún desconocen su situación.
El Sindicato de Aceiteros y la Federación de Trabajadores Aceiteros han repudiado el cierre y solicitado la intervención del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires para proteger los empleos. A pesar del cierre de la planta en Lavallol, la compañía continuará operando una planta de aderezos en Córdoba.
Dánica, fundada por un inmigrante danés en 1939 y adquirida en 2019 por el Grupo Beltrán, marcó generaciones con productos icónicos y su famoso jingle publicitario. Sin embargo, la recesión económica y los desafíos logísticos han llevado a la empresa a tomar esta difícil decisión.
La fábrica de Natura en San Fernando también cerró recientemente, dejando a casi 300 trabajadores desempleados. La planta de Avon, adquirida por Natura en 2020, fue cerrada como parte de una reestructuración logística que busca centralizar las operaciones en una única planta en Garín. Este cierre, junto con el de Dánica, subraya las preocupaciones sobre la apertura de importaciones y su impacto en las industrias locales. La competencia con productos importados y la necesidad de ajustar costos han llevado a muchas empresas a tomar decisiones difíciles que afectan a los trabajadores y a las comunidades locales.