05 Ene 2025

¿Queda algo del PRO?

La pelea pública entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta ha dejado al descubierto la profunda crisis interna del PRO. La victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales hace más de un año, ha marcando el inicio del declive del partido creado por Macri.
¿Queda algo del PRO?

La semana pasada, Bullrich y Larreta intercambiaron duras acusaciones en las redes sociales. Bullrich, actual ministra de Seguridad, y Larreta, exjefe de gobierno porteño, se dijeron de todo, desde “cadáver político” hasta “mentirosa”. Este cruce de acusaciones comenzó el 13 de agosto de 2024, cuando Bullrich ganó la interna del PRO a Rodríguez Larreta y se convirtió en la candidata presidencial. Sin embargo, Milei terminó ganando las elecciones.

Después de la victoria de Milei, Bullrich ofreció a Larreta el puesto de jefe de Gabinete si ganaba las elecciones, pero esto nunca ocurrió. Tras el triunfo de Milei, Bullrich se unió al gobierno libertario. Larreta, a través de su cuenta de X, criticó a Bullrich por su falta de coherencia y la acusó de saltar de un barco a otro según su conveniencia.

Pero eso ya es historia. Ahora la pelea se intensificó cuando Bullrich responsabilizó a Larreta por la crisis en la Ciudad de Buenos Aires debido a la fuga de internos de las cárceles porteñas. Larreta respondió irónicamente, cuestionando la coherencia de Bullrich y acusándola de abandonar sus responsabilidades.

La pelea entre Bullrich y Larreta beneficia al gobierno de Milei de varias maneras. Primero, expone las divisiones internas del PRO, debilitando su posición como oposición unificada. Esto permite a Milei consolidar su poder y presentarse como una alternativa más coherente y unificada. Además, la pelea distrae a la opinión pública de los posibles problemas y críticas hacia el gobierno de Milei, desviando la atención hacia las disputas internas del PRO.

La descomposición del PRO y la pelea entre sus figuras clave fortalecen la posición de Milei de cara a las elecciones legislativas, permitiéndole capitalizar la falta de unidad y coherencia en las filas macristas, haciendo que Milei se ilusione cada vez más con nuclear el voto de derecha.