La renuncia de Pablo Moyano a la CGT trae a la memoria un hecho histórico: su padre, Hugo Moyano, también dejó la conducción de la central obrera en 2001, en medio de una crisis económica y social que marcó al país. En un contexto donde Argentina enfrenta nuevamente grandes desafíos económicos y políticos, las comparaciones son inevitables, y la salida de Pablo Moyano parece ser otro síntoma de las divisiones y tensiones internas del sindicalismo frente a un panorama que recuerda al de aquel momento turbulento.
El dirigente de Camioneros presentó su renuncia al Consejo Directivo de la CGT a través de una breve nota en la que explicó que no comparte las decisiones de la “mesa chica” de la central obrera. Este movimiento generó un fuerte impacto en el sindicalismo, aunque el sector dialoguista minimizó la situación. La vacante será cubierta por un representante designado por el Sindicato de Camioneros, liderado por Hugo Moyano. Omar Pérez, actual secretario de Políticas de Transporte del sindicato, sería el principal candidato a ocupar el lugar dejado por Pablo Moyano.
La salida de Moyano profundiza las tensiones entre el ala dialoguista, integrada por figuras como Héctor Daer, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez y José Luis Lingeri, y el sector más combativo de la CGT, que él encabezaba junto con otros referentes del transporte y sectores alineados con el kirchnerismo. La decisión se precipitó tras una reunión de la “mesa chica” de la CGT, en la que se descartaron medidas de fuerza y se optó por mantener el diálogo con el Gobierno y los empresarios.
En paralelo, Pablo Moyano había manifestado públicamente su intención de organizar un paro nacional en diciembre contra las políticas del gobierno de Javier Milei, señalando que podría incluir una gran movilización con apoyo de gremios y organizaciones sociales. Sin embargo, el encuentro de la “mesa chica” decidió no avanzar con esta propuesta y mantener una tregua.
El sector liderado por Moyano continúa evaluando estrategias por fuera de la CGT. Esta semana, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), encabezada por Juan Carlos Schmid, y otras agrupaciones gremiales avanzaron en la planificación de una protesta conjunta para diciembre, buscando sumar el respaldo de gremios de la industria y del sector energético.
La renuncia de Moyano sigue la línea de otras salidas recientes en la CGT, como la de Mario Manrique, dirigente de SMATA, quien dejó su cargo argumentando razones vinculadas a la carga de responsabilidades en otros ámbitos laborales y políticos. Por otro lado, el sector dialoguista continúa consolidando su estrategia de negociación, participando activamente en reuniones con representantes del Gobierno y empresarios para discutir reformas en áreas clave, como el sistema de riesgos laborales.
Pablo Moyano mantendrá su rol como secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, aunque las tensiones con su padre, Hugo Moyano, persisten desde hace años. Además, existen rumores sobre su posible salida de la CATT y especulaciones sobre su futuro político, que podría incluir una candidatura en las elecciones legislativas de 2025, respaldado por sectores del kirchnerismo.