El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió un 2,7% en octubre respecto de septiembre, marcando el incremento mensual más bajo desde agosto de 2021. Sin embargo, esta desaceleración genera interrogantes y tensiones que van más allá de los números, según lo expuesto por el periodista Leandro Renou en un análisis publicado en su cuenta de X:
El Ipc de hoy tiene cosas muy interesantes. El general es 2,7, regulados y tarifas 5,4, el doble. (+)
— Leandro Renou (@leandrorenou1) November 12, 2024
Mientras que el alza de precios acumuló un 193% interanual y un 107% en los primeros diez meses del año, el desagregado sectorial arroja señales contradictorias. La división de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles lideró los aumentos con un 5,4% mensual, duplicando el promedio general, mientras que Alimentos y bebidas no alcohólicas mostró un incremento de apenas 1,2%.
La trampa detrás de los números
El periodista señala que la baja incidencia de Alimentos no necesariamente es una buena noticia. Por un lado, la caída responde a la recesión y la crisis del poder adquisitivo: “Si nadie compra, el precio baja”. Sin embargo, advierte que esta desaceleración ocurre sobre una base inflada tras el impacto de la devaluación de diciembre de 2023, que llevó los precios de los alimentos a niveles “inalcanzables”.
Además, cuestiona las comparaciones oficiales que celebran esta baja como la menor desde 2021. En aquel entonces, el crecimiento económico y la dinámica del consumo ofrecían un contexto completamente distinto: “En 2021, el PBI creció un 10,3% y el consumo cayó 2,1%. Hoy, el PBI cae 5% y el consumo se desploma un 24%”.
Las tarifas como motor de ajuste
El analisis también pone el foco en las tarifas como factor central de la inflación. Con un incremento del 5,4%, los servicios regulados impulsaron el índice general en regiones como NEA, Cuyo y Patagonia. Según Renou, esta estrategia del Gobierno apunta a contener la inflación en rubros como alimentos, a costa de aumentar los costos de vida a través de servicios esenciales.
Esto genera un círculo vicioso: “Con tarifas que suben el doble que el IPC, no hay margen para el consumo básico. Hasta que no se actualice la canasta o el gobierno reduzca los tarifazos, el IPC no reflejará el poder de compra del salario”, advierte Renou.
Dólar, recesión y lo que vendrá
Otro punto clave es el rol del dólar intervenido en la dinámica inflacionaria. Para Renou, esta política ha sido crucial para frenar los aumentos, pero plantea incertidumbre sobre qué ocurrirá cuando se normalice el tipo de cambio. Además, subraya que la recesión actúa como un “condicionante” para la desinflación, aunque a costa de la actividad económica y el empleo.
El 2,7% de inflación mensual en octubre, si bien parece un respiro en la tormenta inflacionaria, está lejos de resolver las tensiones estructurales de la economía. El ajuste por tarifas, la pérdida de poder adquisitivo y las distorsiones generadas por un dólar controlado son factores que alimentan una calma que podría ser transitoria. La pregunta que persiste es qué sucederá cuando estas variables se reacomoden y la economía deba enfrentar los desafíos de un crecimiento sostenido y equilibrado.