En un contexto de ajuste fiscal sin precedentes, marcado por la drástica reducción de la publicidad oficial, YPF emerge como una excepción llamativa. La petrolera estatal, en lugar de sumarse a la austeridad, incrementó de manera exponencial su gasto en publicidad durante el primer semestre de 2024.
Según los últimos datos, YPF destinó $61.704 millones a publicidad entre enero y septiembre, lo que representa un aumento del 360% en comparación con el mismo período del año anterior. Este incremento se produce a pesar del anuncio del gobierno de Javier Milei de suspender la pauta oficial durante un año, medida que afectó a la mayoría de los organismos estatales.
¿Justificación o despilfarro?
Desde YPF argumentan que esta fuerte inversión en publicidad es necesaria para competir en un mercado altamente competitivo y para mantener su posicionamiento de marca. Sin embargo, la magnitud del aumento y el contraste con la situación de otras empresas estatales generan interrogantes sobre la pertinencia de este gasto.
Mientras YPF multiplica su inversión en publicidad, otras compañías como Aerolíneas Argentinas y el Correo Argentino han reducido drásticamente sus presupuestos en este rubro. Esta disparidad plantea un debate sobre la función de la publicidad en las empresas estatales y sobre la existencia de criterios claros para su utilización.
Un debate abierto
La decisión de YPF de incrementar su gasto publicitario en medio de un contexto de ajuste fiscal abre un debate sobre la eficiencia del gasto público y sobre la necesidad de establecer mecanismos de control más rigurosos. ¿Es la publicidad una herramienta legítima para las empresas estatales o se trata de un gasto superfluo que podría destinarse a otras prioridades?
Expertos consultados señalan que la publicidad puede ser una herramienta valiosa para las empresas estatales, pero advierten que su uso debe estar justificado y sujeto a evaluaciones periódicas de su impacto. Además, resaltan la importancia de transparentar los criterios utilizados para asignar los presupuestos publicitarios y de garantizar que estos se utilicen de manera eficiente.
En definitiva, el caso de YPF pone de manifiesto la complejidad de gestionar empresas estatales en un contexto de restricciones presupuestarias. La decisión de la petrolera de aumentar su gasto en publicidad plantea interrogantes sobre las prioridades del gobierno y sobre la necesidad de establecer reglas claras para el uso de los recursos públicos.
YPF aumentó un 360% el gasto en publicidad en los primeros 9 meses de 2024. Aumento real del 15%.
— Agustín Espada (@AgustinEspada) November 11, 2024
Gastó $61.704 millones entre enero y septiembre de 2024. En 2023, en el mismo período, el gasto había sido de $17.088 millones. pic.twitter.com/Un3sDvg5Yz