¿Milei busca una foto víctima de atentado como Trump y Bolsonaro?

El presidente Javier Milei se apresta a cerrar la campaña electoral bonaerense en un contexto de extrema tensión y serias advertencias de seguridad. El acto de La Libertad Avanza está programado para este miércoles en el Club Atlético Villa Ángela, ubicado en el barrio Trujui, partido de Moreno, una zona de calles de tierra anegadas y escasa iluminación. Esta decisión se toma a pesar de que el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Javier Alonso, alertó formalmente a Casa Militar sobre los gravísimos riesgos que presenta el predio, describiéndolo como un “potrero” sin la infraestructura mínima para albergar a las diez mil personas esperadas y, mucho menos, para garantizar la custodia del primer mandatario. La advertencia provincial señala que el lugar carece de un perímetro cerrado, tiene accesos intransitables para vehículos blindados debido a las recientes lluvias y está rodeado de escombros, lo que imposibilitaría una evacuación rápida en caso de incidentes.

Este evento ocurre en una semana crítica, apenas unos días después de que el propio Milei y su hermana, Karina Milei, enfrentaran agresiones en actos públicos en Lomas de Zamora y Corrientes, respectivamente. Según explicó el ministro Alonso, el clima social en la zona de Trujui es particularmente delicado, agravado por denuncias de un reparto discrecional de alimentos por parte de un referente local de LLA que habría generado malestar en la comunidad. “Hay gente que está enojada, que no necesariamente responde a una fuerza política, pero está enojada”, afirmó la autoridad bonaerense, dejando en claro la imprevisibilidad del escenario. A esto se suma una total falta de coordinación con las autoridades municipales de Moreno, gobernado por el peronismo, ya que, según reportó LPO, ni la intendenta Mariel Fernández ni su equipo fueron contactados para articular un operativo de seguridad conjunto, una omisión logística grave que aumenta la vulnerabilidad del situation.

La elección de Moreno como escenario para el cierre de campaña resulta peculiar desde una perspectiva estratégica. Se trata de un distrito con escasa presencia libertaria, un bastión tradicional del kirchnerismo y uno de los más postergados del conurbano, lo que contrasta fuertemente con el mensaje oficial. La organización del evento recae en Sebastián Pareja y en el referente local Ramón ‘El Nene’ Vera, y se informó que un centenar de colectivos trasladarán a simpatizantes hasta el lugar. Frente a las advertencias, la respuesta desde el oficialismo ha sido de confrontación. La diputada Lilia Lemoine desestimó las preocupaciones sobre la seguridad y la pobreza del lugar afirmando: “Si los ciudadanos están ahí, el presidente también. ¡Basta de esconder la realidad!”. Esta postura revela una decisión política de proceder a pesar de los riesgos, utilizando el evento como un símbolo de confrontación con la realidad que ellos mismos denuncian.

El episodio trasciende lo meramente logístico y expone una profunda descoordinación en el corazón del Estado. Alonso no dudó en calificar la situación como un “caos”, señalando tensiones entre el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, y la Casa Militar. “Esto está con una ministra cuestionando a la Casa Militar, con la Casa Militar cuestionando lo que hace la ministra. Esto es un caos. Entonces, si así van a cuidar al presidente, yo quiero informar a la sociedad cuáles son los riesgos”, declaró. Pese a este diagnóstico alarmante, la decisión final de realizar o no el acto recae únicamente en la Presidencia y su equipo de custodia, quienes, hasta el momento, insisten en llevar adelante un acto que ya ha sido catalogado por expertos como una “locura” desde todo punto de vista operativo.