Juan Pablo Valdés se convirtió en el gobernador de Corrientes en primera vuelta, asegurando la continuidad del proyecto liderado por su hermano, el mandatario saliente Gustavo Valdés. La fórmula de Vamos Corrientes se impuso con más del 51% de los votos, evitando el balotaje y consolidando su amplio dominio en la provincia, que está bajo el mando radical desde el año 1999 pero que a nadie le provoca decir que es un feudo. Quizás porque no es peronista. Perdón la disgresión, seguimos:
🗳️CORRIENTES - 100% ESCRUTADO
— Pablo Salinas (@SalinasPabloJ) September 1, 2025
📌No hay grandes diferencias en lo informado antes. Cae un poco el presentismo (70,8%), siendo la diferencia con 2021 de 2,7 pp.
📌El peronismo cae de los 20 puntos, LLA no llega a los 2 dígitos.
📌Valdés ganó en grandes ciudades y en el interior. https://t.co/4gMxrNwGnB
El escrutinio ubicó en un lejano segundo lugar al candidato del kirchnerista Limpiar Corrientes, Martín “Tincho” Ascúa, que apenas llegó al 20% de los votos. En tercer lugar, y a pesar de su trayectoria, se ubicó el tres veces gobernador Ricardo Colombi, con el 16.78%. Pero es estruendo que provocó la mirada morbosa de todos fue la caída del oficialismo nacional, que se presentó con la boleta de La Libertad Avanza y el diputado Lisandro Almirón, quienes no lograron superar el 10% de los votos y se ubicaron en un decepcionante cuarto lugar. Este resultado es un duro traspié para el gobierno de Javier Milei, a pocos días de las cruciales elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Analistas políticos coincidieron en que el triunfo de Valdés funcionó como un plebiscito a la gestión de su hermano, pero también expuso las limitaciones de la estrategia libertaria. Para Shila Vilker, titular de la encuestadora Trespuntozero, “la primera lección para el gobierno nacional es que no se pueden ganar todas las batallas”, en alusión a la decisión de ir con una candidatura “pura” en vez de aliarse con el ganador. Por su parte, Gustavo Córdoba, de la consultora Zuban-Córdoba, fue más contundente al identificar al “único gran perdedor: el Gobierno nacional, por las torpezas de la mala elección de los candidatos y el mal entendimiento del contexto”.
Corrientes: primera elección a Gobernador con la estrategia Karina-Lule de “ir con los propios”. Rechazaron la unidad con el oficialismo provincial de Valdés y eligieron al diputado Lisandro Almirón. Quedó cuarto. Y asumieron el costo de perder un aliado en el Congreso.
— Manu Jove (@manujove) September 1, 2025
Según la publicación de LPO, la derrota de los libertarios desató la furia del presidente Javier Milei contra Eduardo “Lule” Menem, el arquitecto de la estrategia que rompió las negociaciones para una alianza con Gustavo Valdés. Un dirigente libertario afirmó al medio que “Lule fue quien convenció a Karina de ir con lista propia, cuando estaba muy avanzado el acuerdo con Valdés”. Una jugada que implicó exigirle al gobernador que se rinda sin condiciones y que les ceda los dos senadores nacionales, todo en contra de la postura de Santiago Caputo, a quien, después de esto, apartaron del círculo más íntimo del poder. El resultado fue un candidato, Lisandro Almirón, que terminó restándole en vez de sumar a la marca, tal como publicó el medio.
Se sabian Perdedores en Corrientes LLA y apagaron la pantalla, no quedo ni el loro en el BUNKER del Javo.
— Martín (@MartinZeroCool) August 31, 2025
4to Comodo Almiron Jajajajajajajaja pic.twitter.com/itOo5fEipH
A sus 42 años, Juan Pablo Valdés se convertirá en el gobernador más joven de Corrientes desde la vuelta a la democracia. Actual intendente de Ituzaingó, donde se impuso con un arrasador 68% de los votos, se presenta como la opción de “continuidad con renovación”. En sus propias palabras: “Muchos me dicen ‘sos el hermano de…’. Y quiero decirles que por supuesto soy el hermano de Gustavo; lo digo con orgullo, no reniego de mis raíces, como buen correntino”. Su victoria, además de asegurarle el control del ejecutivo, le da al oficialismo mayorías en ambas cámaras legislativas, incluyendo dos tercios en el Senado provincial.
Este comicio, el primero a nivel ejecutivo provincial del año, mostró un aumento en el interés de la gente y funcionó como un termómetro crucial para medir la temperatura política nacional. El fracaso de la apuesta por el “violeta puro” en un territorio con fuerte identidad política local es una advertencia para el oficialismo nacional de cara a las elecciones de octubre, sugiriendo que las estrategias maximalistas tienen un techo. La contundente victoria radical en Corrientes consolida un bastión no peronista y redefine el tablero político de cara a la renovación legislativa nacional.