El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, concretó este jueves una visita de aproximadamente una hora a la ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su domicilio del barrio de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria. El encuentro, autorizado previamente por el juez federal Jorge Gorini bajo estrictas condiciones, se produjo minutos después de las 12:30, tras la participación de Lula en la cumbre del Mercosur en Buenos Aires, donde asumió la presidencia pro tempore del bloque. A diferencia del frío saludo intercambiado con el presidente Javier Milei durante el evento regional, el mandatario brasileño priorizó este gesto de cercanía política y personal hacia la líder opositora. Cristina, a través de su cuenta en la red social X, fue la primera en referirse al encuentro, calificándolo como “mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad”. Enfatizó el paralelismo entre sus situaciones al recordar que Lula “fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso” y “volvió con el voto del pueblo brasileño”, interpretando su visita como un respaldo frente a lo que describió como una “auténtica deriva autoritaria” y “terrorismo de Estado de baja intensidad” en Argentina bajo el gobierno de Milei.
Visitei hoje a companheira e ex-presidenta Cristina Kirchner (@CFKArgentina) em sua residência, em Buenos Aires. Fiquei muito feliz em revê-la e encontrá-la tão bem, com força e gana de luta.
— Lula (@LulaOficial) July 3, 2025
Tenho por Cristina uma amizade de muitos anos que vai muito além da relação… pic.twitter.com/EMRwu5GiZj
Poco después, hacia las 15:20, Lula utilizó la misma plataforma para expresar su satisfacción por el reencuentro: “Me alegró mucho volver a verla y encontrarla tan bien, tan fuerte y con ganas de luchar”. Subrayó la profundidad de su vínculo, afirmando: “Mi amistad con Cristina es de larga data y va mucho más allá de la relación institucional. Es el cariño y el amor de amigos, colegas en el ámbito político y en los ideales de justicia social y lucha contra la desigualdad”. El líder brasileño también mencionó haber percibido “el apoyo popular que ha recibido en las calles” durante su traslado y destacó la importancia de ese reconocimiento en momentos difíciles, experiencia que conoce tras sus 580 días de encarcelamiento. Las declaraciones de ambos, acompañadas de fotografías que muestran un cálido abrazo y un apretón de manos donde Cristina luce una escarapela, resonaron como una contundente reafirmación de sus ideales compartidos, en abierto contraste con las críticas del actual gobierno argentino a conceptos como la justicia social.
La escena en las inmediaciones del edificio de San José y Humberto Primo reflejó una convocatoria modesta. Pequeños grupos de militantes kirchneristas, incluidos sectores de La Bancaria y el SeCasfpi, portaron pancartas reclamando la “libertad” de CFK y saludando al líder del PT. Aunque se corearon consignas como “A los vende patria la cárcel y para Cristina la libertad” y se escuchó la marcha peronista, la manifestación fue descrita como de bajo fervor. Algunos vecinos enfrentaron inconvenientes para acceder a sus hogares debido a los vallados policiales dispuestos. Entre los pocos dirigentes presentes se destacaron el ex titular de la AFIP Carlos Castagnetto, el exembajador Ariel Basteiro y la economista Delfina Rossi, junto al custodio histórico Marcelo “Jirafa” Fernández. La decisión final de Lula de realizar la visita, superando eventuales reticencias dentro de su propia cancillería según sugirieron fuentes, fue interpretada como un fuerte mensaje político de apoyo, especialmente cuando otros mandatarios como el uruguayo Yamandú Orsi optaron por evitar encuentros similares.
La dimensión simbólica del acto se amplificó horas después, durante una reunión de Lula en la Embajada de Brasil con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el diputado Eduardo Valdés. Según relató Valdés a este medio, Lula fue categórico al afirmar, particularmente dirigido a Pérez Esquivel: “Fui [a visitarla] porque creo en su inocencia”. En ese contexto, el legislador peronista reveló que la campaña “Cristina Libre” se inspiró directamente en los carteles del movimiento “Lula Livre” que exigió su liberación en Brasil. El propio Lula posó sosteniendo ambas pancartas, gesto que Valdés consideró el lanzamiento formal de la campaña internacional por la libertad de la exmandataria. Cristina había contextualizado su situación judicial en su extenso comunicado, denunciando que el Poder Judicial “hace tiempo dejó de disimular su subordinación política y se convirtió en un partido político al servicio del poder económico”, condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua en la causa Vialidad. Su defensa busca que la próxima semana la Cámara de Casación revise las restrictivas condiciones de visitas impuestas.