Una grave situación ambiental afecta a la comunidad educativa de la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº7 “Taller Regional Quilmes”, más conocida como IMPA, y a vecinos de la zona ribereña de Quilmes, debido al funcionamiento del complejo socioambiental Ecoparque, inaugurado por la intendenta Mayra Mendoza. Padres y alumnos denuncian que los fuertes olores y gases emanados de esta planta municipal de tratamiento de residuos, ubicada a escasos 100 metros del establecimiento educativo, están provocando reiterados episodios de descomposturas, mareos y náuseas entre los cerca de mil estudiantes que asisten a la institución dependiente de la Fuerza Aérea Argentina. “Nos enteramos por un grupo de padres y madres, donde una de las madres dijo que iría a retirar a su hijo porque se sentía mal por los fuertes olores”, relató Gisela, una de las madres afectadas, en un informe de “Telenoche”. Mario, padre de otro alumno, enfatizó la cercanía: “¡A cien metros del comedor de los alumnos! Hay mil alumnos que estudian todo el año a cien metros de donde están tratando basura”.
El predio, promocionado por el municipio y por el exministro de Ambiente Juan Cabandié como un ejemplo de “Estado presente, que le mejora la vida a la gente”, es cuestionado por vecinos y familias que lo califican como un “basural municipal” instalado junto a la escuela, negando su carácter ecológico o de parque. A través de redes sociales y un comunicado dirigido al ministro de Defensa, Luis Petri, los padres expresaron su rechazo: “No al ‘ecobasural’, no a los olores nauseabundos en el aula, no a los gases tóxicos de la basura, no a las ratas invadiendo la escuela”. Señalan que, pese a ser anunciado como una planta para residuos reciclables, se procesan allí residuos domiciliarios sin separación visible, estimándose la recepción de desechos de más de 600.000 habitantes, generando olores persistentes.
La problemática se extiende más allá de la escuela. Vecinos del humilde barrio El Fortín, colindante con el Ecoparque, también sufren las consecuencias. Denuncian que la construcción del complejo, que implicó elevar el terreno cuatro metros, alteró el sistema de drenaje natural, provocando recurrentes inundaciones en calles y en la cancha del club deportivo local. “Esta es la cuarta inundación, y esto no ocurría antes. Esto comenzó cuando se inauguró el Ecoparque… Esto no es agua, estos son fluidos que quedan del tratamiento de la basura”, explicó Ezequiel, un joven vecino, mientras mostraba calles anegadas. Esta situación impide el uso de espacios recreativos y deportivos.
La obra, presentada por Mendoza como un logro para lograr “una ciudad más limpia y sustentable” y generar “trabajo y conciencia ambiental”, fue financiada por un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por más de 456 millones de pesos y 1,4 millones de dólares. Sin embargo, integrantes de la comunidad educativa cuestionan la ausencia de detalles sobre el proyecto en la documentación presentada ante el organismo internacional. Ante la continuidad de las operaciones en el Ecoparque y la normalidad de las clases en la IMPA, las familias y vecinos exigen estudios de impacto ambiental actualizados, mayor información técnica sobre el funcionamiento real de la planta y canales de diálogo efectivos para abordar los efectos sobre la salud pública y el medio ambiente en el entorno inmediato.
