León XIV: el papa yanqui-peruano que quiere mezclar justicia social y tradición
Robert Francis Prevost, el cardenal nacido en Chicago pero con alma latina, acaba de hacer historia: es el primer papa estadounidense y el segundo americano después del querido Francisco. Con doble nacionalidad (y un muy buen manejo del español), este agustino de 69 años no solo sorprendió al elegir el nombre León XIV, sino que ya marcó su estilo: en su primera misa en el Vaticano, dejó en claro que viene con agenda. ¿La clave? Retomar las banderas sociales de la Iglesia, pero sin patear el tablero.
¿Por qué León? Un homenaje con aires reformistas
León XIII, el papa que gobernó hasta 1903, fue el que introdujo los temas sociales con su encíclica Rerum Novarum. ¿De qué hablaba? De salarios dignos, límites a la explotación laboral y hasta del derecho a descansar los domingos. Pero también dijo: acumular fortunas a costa de los trabajadores iba en contra del Evangelio y que la plata debe servir para el bien común. Básicamente, un precursor de la “economía social” que ahora León XIV quiere revivir.
El nuevo pontífice, fiel a su estilo, juega a dos puntas: homenajea a León XIII y a la vez sigue la línea de Francisco, poniendo en el mapa a los excluidos y al cuidado del planeta. Eso sin descuidar el guiño a los conservadores: aunque habla de justicia social, es poco probable que apure reformas en temas como el sacerdocio femenino. “No se resuelve clericalizando a las mujeres”, dijo hace un tiempo.
De misionero en Perú a jefe de la curia
La historia de Prevost: matemático de formación, se metió en la orden agustina a los 22, estudió en Roma y en los 80 aterrizó en Perú como misionero. Ahí se curtió: dirigió seminarios, fue obispo en Chiclayo, se hizo ciudadano peruano para el cargo, y se ganó fama de mediador entre progres y conservadores. Francisco lo promovió en 2023 como prefecto del Dicasterio para los Obispos, un puesto clave para manejar los hilos de la Iglesia.
Ahora, como León XIV, llega con dos ventajas: conoce el sur global como pocos y maneja el inglés y el español como un nativo. Un combo perfecto para intentar unir a una Iglesia dividida entre reformistas y tradicionalistas. Eso sí, la presión está alta: deberá lidiar con los casos de abusos, la falta de transparencia y las demandas de cambios más profundos.
La elección no pasó desapercibida en Argentina. Javier Milei, fiel a su estilo, posteó en X un meme del papa con cabeza de león y escribió: “Las fuerzas del cielo han dado su veredicto”. Irá a la asunción. Del otro lado, Cristina también mandó felicitaciones, aunque Prevost tuvo roces con Dina Boluarte, la presidenta peruana que igual lo celebró. Hasta Donald Trump, cuyo candidato era el cardenal conservador Raymond Burke, publicó sus felicitaciones en redes sociales.
Apostar a lo social sin perder el rumbo
León XIV tiene un desafío doble: mantener vivo el legado de Francisco (migración, ecología, pobreza) y ordenar la casa vaticana. Sus primeras jugadas —viajes, nombramientos de obispos, discursos— marcarán el rumbo. Si logra equilibrar la justicia social con una gestión eficiente, podría darle un nuevo aire a la Iglesia. Pero si la curia se le rebela, el camino se pondrá cuesta arriba. Por ahora, su lema «In Illo uno unum» (unidos en uno) genera esperanzas.