El exjefe comunal de Hurlingham señaló que una facción encabezada por Máximo Kirchner busca sabotear las iniciativas del mandatario provincial, “replicando la estrategia utilizada durante el gobierno de Fernández”. En el contexto de las tensiones internas del peronismo, Zabaleta afirmó: “La provincia carece de presupuesto para 2025 y del financiamiento necesario para adquirir vehículos policiales o construir escuelas debido al bloqueo de La Cámpora. No es aceptable que mantengan cautiva a la población bonaerense”.
Además, el exministro reprobó abiertamente las prácticas del sector camporista, describiéndolas como “acciones obstruccionistas”: “Desde hace dos meses, un grupo interno, con tendencias cada vez más radicalizadas bajo el mando de Máximo, paraliza la gestión administrativa. Conozco de primera mano sus métodos intimidatorios al ejercer funciones públicas”, reveló.
En relación a la pugna interna del movimiento justicialista, Zabaleta enfatizó que el debate sobre la fecha de las elecciones provinciales “trasciende lo logístico: es una pulseada por el control político”. “Debemos reconocer que la unidad peronista es una ilusión. Lo que fracasó requiere un replanteo integral”, declaró durante una entrevista en LN+.
Sobre el impacto de la disputa entre Kicillof y Cristina Kirchner, alertó: “La gestión se resiente por el desgaste constante en negociaciones políticas: incertidumbre legislativa, falta de consenso presupuestario y desacuerdos internos. Al final, quienes pagan las consecuencias son los ciudadanos”.
Estos señalamientos se produjeron tras las críticas de Andrés Larroque, titular de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y aliado de Kicillof, hacia la operativa de La Cámpora. Larroque había descalificado las ambiciones de “un puñado de figuras cercanas a Máximo que aspiran a intendencias”, recibiendo como réplica acusaciones de “fracturar al peronismo”.
Zabaleta defendió la labor del gobernador: “Gobernar exige priorizar la asignación de recursos, no estigmatizar a quienes disienten. Catalogar de traidores a funcionarios por tomar decisiones propias de su rol es inadmisible”.
Al ser consultado sobre la política de seguridad del gobierno nacional ante protestas sociales, el exfuncionario reconoció, con matices, la postura de Javier Milei: “Acertó al eliminar intermediarios. Discrepo con su modelo, pero ejerce el poder con firmeza y orden interno”.
