Papelón internacional de Milei

El presidente argentino, Javier Milei, generó un escándalo diplomático al no poder ingresar a la despedida del Papa Francisco en la Basílica de San Pedro este jueves, tras retrasarse en un acto en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), fundada por el referente anarcocapitalista Alberto Benegas Lynch. Su ausencia en el histórico evento, donde sí estuvieron líderes como Emmanuel Macron (Francia) y Lula da Silva (Brasil), desató críticas por la falta de protocolo y priorización de agendas ideológicas sobre compromisos de Estado.

El evento que desencadenó la polémica
Milei participó en Roma de un homenaje al economista español Jesús Huerta de Soto, su mentor ideológico, quien recibió un Doctorado *Honoris Causa* en la ESEADE, institución que no figura en rankings académicos internacionales pero es emblemática para círculos libertarios. Durante el acto, el presidente portó una toga con los colores de Newell’s Old Boys y extendió su discurso por más de 40 minutos, lo que retrasó su traslado al Vaticano. Cuando llegó, las puertas de la Basílica ya estaban cerradas, junto a 250.000 fieles que sí lograron despedir al Pontífice.

Reacciones y justificaciones controvertidas
La comitiva presidencial —integrada por su hermana Karina, ministros como Patricia Bullrich y Guillermo Francos, y parte del gabinete— arribó a Roma sin una agenda oficial clara, tras una escala en Gran Canaria. Lejos de asumir responsabilidades, Milei atacó a la prensa en redes sociales: «Los medios se enfocan en cuestiones de 25° orden por su déficit de IQ. Son brutos e incapaces de entender lo importante». Sus declaraciones agravaron la percepción de desprecio hacia el simbolismo del evento, que congregó a jefes de Estado y representantes de 120 países.

Especulaciones y tensiones subyacentes
Aunque la versión oficial atribuye el retraso a la logística del homenaje a Huerta de Soto, fuentes cercanas al Vaticano sugieren que Milei habría minimizado la importancia del funeral. Esta sospecha se alimenta por su histórico rechazo a Francisco, a quien durante su campaña de 2023 tildó de «socialista» y propuso romper relaciones con el Vaticano. Además, el viaje —financiado con fondos públicos— fue cuestionado por incluir a familiares y funcionarios sin roles protocolares.

Implicaciones para la imagen argentina
El episodio no solo opacó la despedida al primer Papa latinoamericano, sino que reforzó críticas sobre la gestión diplomática de Milei, ya tensionada por sus choques con gobiernos aliados. Mientras Brasil, Chile y Francia fortalecieron lazos con el Vaticano durante el evento, Argentina quedó fuera de fotos y encuentros clave. Expertos en relaciones internacionales subrayan que el hecho podría afectar negociaciones bilaterales, especialmente en un contexto donde el país necesita apoyo financiero externo.

¿Una oportunidad de reparación?
El gobierno anunció que Milei asistirá al funeral de Estado del sábado, aunque persisten dudas sobre su capacidad para revertir la mala imagen. Para analistas políticos, el incidente refleja una «priorización de gestos ideológicos sobre la diplomacia», en línea con su alineamiento con figuras marginales en el escenario global. Mientras, en redes sociales, hashtags como #MileiAusente y #PapelónEnElVaticano trendearon, evidenciando el malestar local e internacional.

Con este traspié, Milei no solo perdió la chance de honrar a un líder histórico para Argentina, sino que convirtió su viaje en un emblema de tensiones entre su proyecto político y las demandas de estadista.