El equipo del vocero presidencial y candidato porteño multiplicó su estructura y presupuesto en nueve meses, superando en recursos a áreas clave como salud y ciencia.
Manuel Adorni, portavoz de Javier Milei y candidato en las elecciones de la Ciudad, ha ampliado su equipo en la Secretaría de Comunicación y Medios a un ritmo acelerado. En menos de un año, su estructura pasó de 100 a 248 empleados, incluyendo 52 asesores y 14 consultores. Este crecimiento incluyó la absorción del área de Prensa que manejaba Eduardo Serenellini, exfuncionario removido, y se tradujo en un presupuesto de 85.000 millones de pesos para 2025.
Los recursos provienen de dos fuentes: 30.000 millones asignados directamente a su cartera y 54.467 millones de un fondo destinado a empresas públicas bajo su órbita, como Radio y Televisión Argentina y la extinta agencia Télam. Según documentos oficiales presentados por la Jefatura de Gabinete, el total asignado para este año asciende a 25.412 millones para la Secretaría de Comunicación y 4.437 millones para Prensa. Aunque en 2024 recibió 50.000 millones, el ajuste presupuestario también impactó en su sector.
La nómina actual, detallada en un informe enviado al Congreso, revela que 61 cargos fueron heredados de Serenellini, mientras el resto fue contratado por Adorni en menos de diez meses. Entre sus subordinados figuran cuatro subsecretarías, ocho direcciones nacionales y 19 coordinaciones, una estructura que contrasta con la de áreas prioritarias. Por ejemplo, la Dirección de Control de Enfermedades Transmisibles emplea a 12 personas, y la de Respuesta al VIH, a 50.
El presupuesto de Adorni supera ampliamente el de instituciones como el Servicio Meteorológico Nacional (22.000 millones), la Agencia Nacional de Seguridad Vial (16.000 millones) o programas de investigación contra el cáncer (5.000 millones). También eclipsa los salarios de becarios científicos: un doctoral del Conicet recibe 925.000 pesos mensuales, mientras que el fondo de comunicación ejecutó 12.800 millones solo entre enero y abril.
Esta disparidad genera cuestionamientos, especialmente en un contexto de recortes en otros sectores. Mientras Adorni despliega recursos para lo que define como una “batalla cultural”, áreas sensibles enfrentan limitaciones crónicas, una paradoja en un gobierno que promueve la austeridad como bandera.