Villarruel frena en seco el intento de Caputo por suspender la sesión del Senado

El Gobierno de Javier Milei vivió horas de tensión extrema cuando su asesor estrella, Santiago Caputo, intentó por todos los medios evitar que el Senado tratara los polémicos pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para la Corte Suprema. La jugada final fue pedirle al presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, que firmara un decreto para suspender la sesión. Pero la vicepresidenta Victoria Villarruel lo frenó en seco, encerrándose con Abdala y convenciéndolo de que no diera ese paso, que hubiera sido explosivo.

El decreto ya estaba redactado, con tres artículos, y hasta circuló por los pasillos del Congreso en una carpeta celeste con el logo del Senado. Pero Abdala, bajo presión de Villarruel y con la advertencia de los radicales de que lo iban a sacar de su cargo si lo firmaba, terminó resistiendo. “Si Bartolomé firmaba eso, se armaba un lío tremendo”, confió un senador. Incluso dentro del propio bloque libertario había dudas sobre la maniobra.

Cuando Caputo se enteró de que su plan había fracasado, no aguantó la bronca y salió a atacar a Villarruel desde una cuenta de X vinculada a él, @MileiEmperador:

La vice no se quedó callada y le respondió con un mensaje claro:

Mientras tanto, en la Casa Rosada seguían buscando alternativas desesperadas. Ezequiel Atauche, el jefe del bloque de La Libertad Avanza, intentó negociar con el peronismo postergar la sesión para mayo, prometiendo que encontrarían una solución. Pero los peronistas se rieron en su cara. “El Senado es soberano, y aunque hubieran decretado la suspensión, los senadores se juntaban igual por pura bronca”, contó un legislador.

Desde el Gobierno acusaron a Villarruel de haberles torcido el brazo, diciendo que Milei estaba de acuerdo con suspender la sesión. Pero los aliados de la vice aclararon que era imposible hacerlo cuando ya estaba por empezar: “Hubiera sido dinamitar el Senado”.

Al final, la sesión arrancó con el quorum justo, y Abdala, tratando de quedar bien con todos, hasta le hizo un chiste a un radical: “Vieron que no firmé, ¿eh?”. Mientras tanto, Villarruel se anotaba un punto clave en su pulseada con Caputo y los hermanos Milei, mostrando que en este juego de poder, ella también sabe mover sus fichas.

El Gobierno sigue enredado en sus propias contradicciones, y esta vez, ni los decretos ni las operetas en redes les salieron bien. Villarruel, por su parte, dejó en claro que no está dispuesta a ser un títere.