Ante los ataques del presidente Javier Milei contra el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la amenaza de intervenir la provincia, el peronismo ha iniciado un operativo para evitar una colisión interna y presentar un frente unido en las próximas elecciones legislativas. Distintos sectores del PJ, desde intendentes hasta sindicalistas, claman por la unidad entre Cristina Kirchner y Kicillof, aunque persisten tensiones en los círculos más cercanos a ambos líderes.
Según fuentes de Unión por la Patria (UP), la presión por la unidad surge desde las bases, mientras que la beligerancia se mantiene en las cúpulas. Kicillof busca ser reconocido como un líder al nivel de Sergio Massa, pero Cristina no ha dado señales de incluirle en la mesa principal del PJ. Desde el Instituto Patria, cercano a la expresidenta, aseguran que no hay “misiles en el aire” hacia Kicillof y que Cristina aspira a una “lista de unidad” para las elecciones. Sin embargo, una encuesta de Isasi-Burdman revela que Cristina duplica a Kicillof en popularidad opositora (40% frente a 18%), lo que refuerza su papel como referente anti-Milei.
Por otro lado, el ataque de Milei contra Kicillof y la amenaza de intervención provincial lograron lo que parecía imposible: un respaldo unánime de Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y Sergio Massa al gobernador bonaerense. Este gesto de unidad, inédito en los últimos meses, refleja que lo que une al peronismo es el “espanto” ante las políticas del gobierno nacional, según analistas citados en ambas notas.
Kicillof, concentrado en su discurso para la Asamblea Legislativa, ha priorizado la unidad interna y busca consenso entre las facciones del PJ antes de definir el calendario electoral. La provincia debe decidir si las elecciones nacionales y provinciales serán simultáneas o separadas, tras la eliminación de las PASO y la introducción de la Boleta Única de Papel (BUP). Aunque no ha habido un acercamiento directo entre Cristina y Kicillof, se espera un acuerdo entre las facciones peronistas. Intendentes como Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza, a pesar de sus diferencias, respaldaron a Kicillof en su respuesta a Milei, mostrando que la unidad se impone ante la adversidad.
Sin embargo, las tensiones internas no desaparecen. Cristina resiste la idea de que Kicillof represente una renovación del peronismo y ha insistido en la necesidad de nuevas propuestas para el PJ. Por su parte, Kicillof enfrenta desafíos como la ola de violencia en el conurbano y las peleas entre intendentes, que complican su gestión.
En este escenario, el peronismo se debate entre la necesidad de unidad frente a Milei y las tensiones internas por el liderazgo. Mientras Cristina mantiene su influencia como figura opositora central, Kicillof busca consolidar su espacio con su nueva agrupación, Movimiento Derecho al Futuro (MDF). El camino hacia las elecciones legislativas promete ser complejo, pero el “espanto” ante el gobierno de Milei podría ser el factor que mantenga unido al peronismo, al menos por ahora.