¿Quién es?
Steve Bannon, exasesor de Donald Trump y arquitecto de su estrategia comunicacional, popularizó la táctica de “inundar la zona de mierda” (flood the zone with shit), una metodología que busca saturar el espacio mediático con información, desinformación y controversias para distraer, confundir y paralizar a la oposición y los medios. Esta estrategia, que prioriza el caos y el volumen sobre la veracidad, ha encontrado un eco resonante en Argentina bajo la administración de Javier Milei, donde figuras como Santiago Caputo y una red de tuiteros militantes ejecutan un plan similar.
El mecanismo Bannon en acción
Bannon sostenía que los medios de comunicación, al tener una capacidad limitada para enfocarse en múltiples temas simultáneamente, pueden ser manipulados abrumándolos con una avalancha de contenidos. En Argentina, esta táctica se ha replicado con precisión. Temas absurdos o polémicos, como si “los homosexuales son pedófilos”, si “los nazis eran de izquierda” o si “está bien abandonar la OMS”, han dominado el debate público, desviando la atención de cuestiones más urgentes y estructurales.
El objetivo es claro: generar un shock diario que agote a la oposición, a los medios y a la ciudadanía, mientras se instala una narrativa favorable al gobierno. Esta estrategia no solo desgasta, sino que también crea una parálisis en las respuestas, ya que los actores políticos y periodísticos no saben a qué reaccionar primero.
La maquinaria de desinformación
Detrás de esta estrategia en Argentina hay una red de tuiteros y activistas digitales, muchos de ellos vinculados a Santiago Caputo, el operador político clave de Milei. Figuras como Daniel Parisini, conocido como “El Gordo Dan”, Agustín Romo y Juan Pablo Carreira conforman un tridente que dirige la conversación en redes sociales desde la sombra. Estos actores, algunos con cargos estatales y otros operando de manera independiente, han construido un ecosistema digital que viraliza mentiras, ataques y desinformación.
Un ejemplo emblemático de esta táctica ocurrió durante la votación del veto presidencial a la reforma jubilatoria en septiembre de 2024. Mientras la policía reprimía a manifestantes, incluyendo a una niña de 10 años, las redes se inundaron de mensajes que culpaban a los padres por llevar a sus hijos a la protesta. Cuentas como @LHDA16, @usdtermo y @GordoDan_ lideraron la narrativa, que luego fue replicada por la ministra Patricia Bullrich y el propio Milei. La desinformación se extendió rápidamente, llegando incluso a medios tradicionales que reprodujeron videos trucados sin verificación.
La estructura piramidal del dispositivo
La investigación de Perycia y Revista Crisis reveló que este dispositivo de desinformación opera en una estructura piramidal. En la cúspide están figuras como Caputo, Carreira y Romo, quienes coordinan la estrategia. Luego, una red de tuiteros orgánicos y pagos, muchos de ellos con acceso a la Casa Rosada, se encargan de viralizar los contenidos. Entre ellos destacan Macarena Alifraco, Eric Saba e Ignacio Tesón, quienes han logrado posicionarse como voces influyentes dentro del ecosistema libertario.
Estos actores, aunque se presentan como antiestatales, han encontrado en el Estado un espacio para consolidar su poder. Muchos han sido nombrados en cargos públicos o han logrado contratos en empresas estatales, lo que contradice su retórica anti-casta. Por ejemplo, Romo gestionó nombramientos para su entorno en la Sociedad Operadora Ferroviaria, mientras que Alifraco, acusada de crear fake news, ocupa un lugar clave en la estructura de Caputo.
El rol de la inteligencia y el disciplinamiento interno
La estrategia no se limita a las redes sociales. El gobierno ha intentado utilizar fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia para financiar estas operaciones, aunque enfrentó resistencias incluso dentro de su propia coalición. Además, el dispositivo incluye un fuerte componente de disciplinamiento interno. Figuras como Parisini han sido clave en amedrentar a funcionarios que se desvían de la línea oficial, como ocurrió con Fernando Vilella y Julio Garro, quienes fueron expulsados del gobierno tras ser señalados en redes.
El triunfo del caos
La táctica de “inundar la zona de mierda” ha demostrado ser efectiva en Argentina, donde el gobierno de Milei ha logrado dominar la agenda pública a fuerza de controversias y desinformación. Sin embargo, este enfoque tiene un costo: la salud mental de la ciudadanía, que se ve expuesta a un flujo constante de noticias falsas y debates estériles, y la erosión de la democracia, donde la verdad queda subordinada al volumen y la velocidad de la información.
Mientras el fandom salvaje sigue operando y algunos tuiteros aspiran a cargos legislativos, queda en evidencia que la batalla narrativa no tiene límites. En un contexto donde la desinformación se ha convertido en una herramienta de poder, la pregunta es cuánto más podrá sostener la sociedad este ritmo de shock diario antes de que el sistema colapse bajo el peso de su propio caos.
ARCHIVO| 2014, tras el rechazo de los docentes a la inscripción online en CABA, @estebanbullrich se manifiesta contra los gremios. pic.twitter.com/pjZQhs4eN9
— El Destape (@eldestapeweb) February 16, 2017
Con todo ese dinero público dado en mano de manera directa o indirecta a Negre se fue a Argentina a comprar el 50% de un blog de fake news propiedad de Cerimedo y Juan Doe, estrategas digitales de Milei. Incluso estuvo en la CPAC México vendiendo humo.https://t.co/mlj5B70u3v pic.twitter.com/qZY0zRWGbJ
— Julián Macías Tovar (@JulianMaciasT) September 9, 2024
CeriMIEDO
Fernando Cerimedo es un consultor político y estratega digital argentino, conocido por su trabajo en campañas electorales y su influencia en el manejo de redes sociales y comunicación política. Es fundador de la agencia Numen, una de las consultoras más destacadas en el ámbito de la estrategia digital en Argentina. Cerimedo ha estado involucrado en varias campañas políticas, tanto a nivel local como nacional, y es reconocido por su habilidad para diseñar tácticas de comunicación que combinan el uso de redes sociales, desinformación y movilización de bases de apoyo en línea.
Fernando Cerimedo ha sido comparado con Steve Bannon, el exasesor de Donald Trump, debido a su enfoque en la utilización de redes sociales y tácticas de desinformación para influir en la opinión pública. Aunque no hay evidencia directa de una colaboración formal entre Cerimedo y Bannon, ambos comparten una filosofía similar en cuanto al uso de la guerra cultural y la manipulación de narrativas para ganar apoyo político.
Cerimedo ha sido vinculado a operaciones de desinformación y fake news, particularmente en el contexto de campañas políticas en Argentina. Su trabajo se ha caracterizado por la creación de contenidos virales, el uso de cuentas falsas o anónimas en redes sociales, y la coordinación de ataques digitales contra opositores. Estas tácticas recuerdan a las estrategias empleadas por Bannon durante la campaña de Trump en 2016, donde se utilizaron plataformas como Facebook y Twitter para difundir mensajes polarizantes y desestabilizar a los adversarios.
Según las propias declaraciones de Cerimedo, en 2018 estuvo trabajando en Brasil para Jair Bolsonaro. Esta nota es de ese año. Se estaba dando en Brasil la misma discusión ridícula que estuvimos dando en las redes sociales. Casualidades.